Han sido años de desatención, trámites farragosos y burocracia, en los que la basura se fue acumulando día tras día hasta ofrecer el desolador panorama actual. Se trata del vertedero ilegal de Cons, en Mourente, el mayor basurero clandestino del municipio, e incluso de la comarca, que es objeto de denuncias vecinales desde hace más de cinco años y que ahora obliga al Concello a gastar 50.000 euros para lograr su erradicación.

Tras numerosos intentos de que los propietarios del solar, una empresa inmobiliaria arousana, se encargaran de adecentar la zona y eliminar los miles de enseres allí arrojados, el Concello ha tomado la decisión de acometer esos trabajos por su cuenta, aunque de forma subsidiaria, es decir, pasando después la factura al dueño. Y esa factura puede rondar los 50.000 euros, una cifra que ha crecido por el largo tiempo de espera, lo que hizo aumentar la basura acumulada, y por el tipo de desperdicios, entre ellos material considerado peligroso, que obliga a contratar a una empresa especializada.

La presencia de uralita, neveras y otros productos de difícil manejo implica un tratamiento específico. Fuentes municipales apuntan que ya está ultimado el proceso de contratación, que podría producirse en breve, si bien se trata de una tramitación compleja. De hecho, el expediente estaba ya en marcha en julio y aún no se ha resuelto.

Este vertedero ilegal de Mourente, ubicado en los accesos al parque de verano del Mercantil, se ha convertido en un quebradero de cabeza para el Concello, que nunca logró que la empresa propietaria del solar se hiciera cargo de la retirada de las toneladas de residuos que se acumulan en ella. Electrodomésticos, sobre todo neveras, sofás viejos, ruedas y neumáticos e incluso basura orgánica. Son algunos de los desperdicios que se acumulan por toneladas desde hace más de tres años en un este enorme vertedero ilegal que no ha dejado de aumentar pese a las constantes denuncias vecinales y de los responsables de la sociedad recreativa.

En 2015 el Concello logró identificar al propietario y abrir un expediente de disciplina urbanística, que concluyó a finales de ese año sin resultado alguno, por lo que se optó por contratar directamente a una empresa para retirar la basura y pasar después la factura a la citada empresa. Pero desde entonces aún no ha sido posible activar esa medida ya que la firma contratada debe contar con un certificado de manipulación de residuos peligrosos, lo que complica los trámites y obliga a elaborar un concurso específico en el que se invite a tres empresas para que alguna de ellas acepte el trabajo. Mientras tanto, el vertedero no deja de crecer.

La basura actual comenzó a acumularse aproximadamente al menos a principios de 2013, cuando fue la última vez que se limpió la zona, según alertan los vecinos, que están cansados de presentar quejas y denuncias en el Concello sin que hasta ahora se haya logrado una solución. Uralitas, televisores, plásticos, restos de escombros también se acumulan en el recinto, que se ha convertido en el principal basurero ilegal del municipio pese a las constantes advertencias de los vecinos y del propio Mercantil, que ve como se afea el entorno de su parque de verano con esta atentado medioambiental. A estas denuncias ante el Concello se sumaron las de agentes forestales, bomberos e incluso el Seprona de la Guardia Civil, toda vez que la parcela se ubica en terreno rústico.

Pero este basurero ya viene de muy atrás sin que nadie le ponga remedio. En 2011 los Bomberos ya tuvieron que acudir a la zona para sofocar un incendio declarado entre los escombros. Además de los olores y la mala imagen que provoca esta acumulación de basura, el fuego es otra de las preocupaciones de los vecinos, en especial en verano, así como la contaminación que puedan generar las decenas de neveras viejas y otros electrodomésticos acumulados en el lugar.