-Pontevedra está muy bien, pero no será perfecta... ¿Qué se puede mejorar?

-Pontevedra tiene que conseguir más la participación activa de los niños. Esta parte se ha desarrollado menos, quizá por experiencias anteriores que no fueron buenas. La participación existe, pero es muy formal. Los niños siguen proponiendo siempre las mismas cosas. Nuestro proyecto se mueve sobre dos ejes: la autonomía de los niños y su participación.

-¿A quién se destina una ciudad como esta? ¿Ha pensado en el trabajador?

-El que necesita el coche en Pontevedra puede utilizarlo. La cuestión es que no se concede un uso del coche desconectado de una función. Aquí no se puede cruzar la ciudad en coche, porque hay que considerarla un poco como una casa. Yo no soportaría que una persona quisiese atravesar mi casa porque llega antes. Por lo tanto, por la ciudad no se pasa, se va a ella a hacer cosas. Para ello hay estos aparcamientos breves, por servicios y de carga y descarga. Los trabajadores que trabajan dentro de ella pueden llegar a su puesto caminando, como el resto de personas.

-También que los niños puedan hacerlo, a ser posible solos.

-Uno de los cambios más grandes de los niños de hoy respecto a mi infancia es la total pérdida de autonomía, de movimiento. Nosotros jugábamos en la calle, crecíamos en la calle. Hoy, los niños hacen todo esto en casa, en escuelas y frente a una pantalla. Los que estudiamos el desarrollo infantil consideramos que esto es un peligro y que los niños están pagando un coste por ello. No por una hostilidad contra los medios modernos, pero sí porque los niños tienen la necesidad de vivir las experiencias físicas, de encontrarse, de pelearse, de ir juntos a descubrir el mundo. Y sin adultos alrededor, porque la presencia del adulto impide al niño algunas experiencias, descubrimientos, sorpresas... que solo puede vivir solo. La idea no es tanto ir a la escuela, sino salir de casa. Es una experiencia de recuperación de autonomía. El camino de la casa a la escuela es un camino que se repite todos los días igual, que lo cumplen muchos niños a la vez. Es una masa crítica que da seguridad. Se puede organizar. Las familias que dejan ir a sus niños solos a la escuela también les dejan bastante autonomía por la tarde.

-Estamos en la Semana Europea de la Movilidad. ¿Es importante celebrarla?

-Creo poco en los eventos. Son útiles para recordarnos algo que debería ser cotidiano. Me interesa más que se desarrolle una política a distintos niveles.