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Absuelto el padre acusado de permitir conducir a su hijo menor de edad al encontrarse él ebrio

El coche fue interceptado por Tráfico en noviembre de 2014 en Vilaboa -Consideran que estaba demasiado afectado por el alcohol

Nudo de la autopista en Vilaboa // Rafa Vázquez

Fue un caso que dio mucho que hablar en noviembre de 2014. La Guardia Civil de Tráfico imputaba por varios delitos contra la seguridad vial a un vecino de Bueu de 41 años, Jesús Manuel G. M., después de que fuera interceptado el vehículo en el que viajaba en las inmediaciones de la AP-9, a la altura de Vilaboa, con su hijo menor de edad (tenía 16 años entonces) al volante y el progenitor ocupando el lado del conductor y visiblemente ebrio.

Aquel episodio acabó en dos procesos. Uno contra el menor por conducir sin haber obtenido el permiso, asunto por el que tuvo que responder ante la Fiscalía de Menores, y otro contra el padre de este adolescente que fue juzgado en el juzgado de lo Penal 2 de Pontevedra acusado de dos delitos de conducción temeraria, conducción temeraria y como inductor de delito de conducción sin permiso por parte del menor. Ahora acaba de salir a la luz que el juzgado de lo Penal número 2 absolvió a este buenense de todos los cargos de los que era acusado, una decisión que acaba de ser ratificada por la Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Pontevedra. Todo ello pese a la opinión en contra la Fiscalía, que recurrió aquella primera sentencia absolutoria del juzgado de lo Penal ante el órgano provincial. Sin embargo, la Audiencia confirma el fallo y exonera a este padre de los tres delitos que se le imputaban.

El fiscal se opuso

Y es que el fiscal sostenía que, tal y como sospechaban los agentes de la Guardia Civil, era el acusado quien aquel 6 de diciembre de 2014 conducía por la AP-9 a la altura del puente de Rande y en dirección a Pontevedra un vehículo Nissan Note que circulaba "zigzagueando" de tal forma que incluso provocó que algún vehículo tuviera que desviarse de su trayectoria para evitar colisionar con él. El fiscal sostenía, asimismo que luego había permitido o incluso alentado a que fuera su hijo menor el que cogiese el control del coche pese a no tener permiso para ello.

Sin embargo, la Audiencia Provincial vuelve a señalar que no hay pruebas suficientes para concluir que el hombre tuviera "dominio funcional" sobre lo que estaba ocurriendo debido al "elevado índice de alcohol" que había consumido. Para el tribunal, la prueba de alcoholemia efectuada es un indicio de que pudiera estar muy afectado por el alcohol dado que fue de 1,25 y 1,35 miligramos de alcohol por aire expirado, es decir cinco veces más de lo permitido. Por lo tanto, cree que es posible que no pudiera tener control sobre la conducta de su hijo. Por último, rechazan también que haya prueba suficiente de que fuera el acusado quien conducía el vehículo de forma temeraria por Rande. La Audiencia cree que no es "ilógico" pensar que la conducción en "zig-zag" y errática bien pudiera corresponderse con que pilotase el coche alguien que no tuviera mucha experiencia en la conducción, como por ejemplo, su hijo menor, luego hallado al volante.

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