El meollo de la cuestión está en adivinar si va a resultar posible y también factible una negociación en profundidad sobre los presupuestos municipales para 2017 entre los distintos grupos de la corporación pontevedresa, donde la mayoría absoluta necesaria para su aprobación está del lado de la oposición PP-PSOE-Marea-Ciudadanos, frente al equipo de gobierno en minoría del BNG.
Atención ediles de la oposición municipal: abstenerse de ponerse enfermos, programar operaciones, realizar viajes y otros menesteres que provoquen una ausencia no deseada de sus tareas en los próximos meses. El BNG se las sabe todas y está a la que cae, tal y como ya demostró el pasado año cuando sacó adelante los presupuestos actuales aprovechando la baja médica del edil popular César Abal. Otro lapsus así sería imperdonable.
Para hacer boca, el concejal de Hacienda ha anticipado una congelación general de tasas e impuestos para el próximo año, lo cual constituye una magnífica noticia mal que le pese al PP, que clama en el desierto por una bajada un tanto inverosímil. Raimundo González ha anunciado que el presupuesto 2017 ya está en marcha, pero no ha dicho una palabra más. En este tiempo electoral, la prudencia obliga a no sacar la lengua de paseo.
El equipo de gobierno del BNG necesita el acuerdo de alguno de los otros cuatro grupos de la oposición municipal para aprobar esos presupuestos. Con un solo concejal le llega, pero cotiza muy caro, tanto en términos políticos como en valoraciones pecuniarias.
Hoy por hoy, ese apoyo imprescindible se vislumbra bastante complicado, por la sencilla razón de que Lores y compañía no han hecho nada en favor de la cultura del pacto entre las distintas fuerzas con representación municipal. Se bastan solos para mandar en el Ayuntamiento con cierta comodidad y, sobre todo, ya saben lo que es gobernar con un presupuesto prorrogado sin gran dificultad. La veteranía es un grado de incuestionable valor en este asunto de calado.
Pronto veremos si hay partida o no sobre el tablero municipal y quien es el guapo o la guapa, si es que hay alguno o alguna que mueve ficha. Creo que va a ser que no.
