La decisión de congelar las tasas e impuestos municipales supone, en la práctica, dar el primer paso hacia la elaboración del presupuesto del Concello para 2017. Así lo admitió ayer González Carballo, pero no quiso avanzar más en esa linea y se negó a explicar en qué punto se encuentra ese documento, que no suele estar listo hasta noviembre o diciembre. El presupuesto municipal tiene que ser aprobado por el pleno, órgano en el que el BNG carece de mayoría absoluta, ya que sus doce concejales están superados por los trece que suman PP, PSOE, Marea y Ciudadanos.

El pasado año el gobierno local acudió al pleno con un presupuesto sin ser negociado con ningún grupo de la oposición y logró sacarlo adelante aprovechándose de que un edil del PP estaba de baja médica, una maniobra que fue muy criticada por todos los partidos.