El proyecto técnico expuesto en la Xunta detalla que "la actividad consistirá en la distribución minorista de combustibles petrolíferos a vehículos ligeros, con la particularidad de ser totalmente desatendida, tanto para la operación de repostaje como para la gestión del pago del carburante por parte de los usuarios".

Los tres surtidores previstos serán alimentados por "un único depósito compartimentado, de 70.000 litros de capacidad total, 50.000 para gasóleo y 20.000 para gasolina" y "no está prevista la presencia de personal permanente" salvo labores esporádicas de "limpieza y mantenimiento periódicos".

Habrá un "monolito de precios, con el logotipo de la empresa" y se dispondrá de un sistema de pago con la posibilidad de hacerlo en efectivo o con tarjeta. Así, se apunta que esta última modalidad "se lleva a cabo directamente en los aparatos surtidores, que disponen de dos Terminales de Punto de Venta, uno por cada zona de repostaje, con pantalla táctil, terminal de pago bancario, sistema de inserción de tarjeta, teclado e impresora de tickets". Por su parte, el pago en efectivo se realizará "únicamente en el Armario General Multipropósito, con pantalla táctil, sistema billetero y monedero".

Además, la estación de servicio contará con un "sistema de megafonía y un interfono por el que los clientes pueden comunicarse de manera inmediata con el centro de control".