La visita de los inspectores de Hacienda enfadó mucho a los feriantes que dicen tener la sensación de que el fisco vigila estrechamente "a unos pobres comerciantes que intentamos ganarnos la vida como podemos en fiestas de pueblo, mientras dejan escapar millones y millones de banqueros y políticos". Muchos de ellos también pedían la misma rigurosidad con otros entes, como la Iglesia. Algunos de los feriantes recordaban que todos ellos pagan un canon a la Iglesia por ocupar este espacio de la carballeira en torno al santuario de Amil: "¿Van a mirar también a dónde va a parar ese dinero y si se declara?". Además, una de las imágenes que más sorprende a quien visita por primera vez la fiesta de los Milagros de Amil es ver en la procesión el manto de la Virgen cubierto de miles de euros en billetes. De hecho, se cuenta con seguridad privada y la presencia de la Guardia Civil para disuadir a quien pueda tener malas intenciones durante la procesión. "Espero que Hacienda sea igual de exigente a la hora de comprobar si se declara todo ese dinero que lleva la Virgen colgada en el manto", indicaba una de las personas multadas.