La carpa instalada en el recinto de la Alameda de A Seca, en Poio, se quedó pequeña para albergar a tanta gente que acudió a mediodía de ayer a degustar los callos. A pesar de que los organizadores, la asociación de vecinos Boureante, dispusieron de 200 raciones más que el pasado año, lo cierto es que a las tres de la tarde la olla se quedó sin comida.

La Festa dos Callos repartió más de 15.000 raciones al precio de 6 euros e iba acompañada de pan, vino o agua y lo cierto es que llegaron a bien poco. Además, los asistentes también pudieron degustar la típica ración de pulpo a ocho euros y empanada y otros productos de la gastronomía gallega a precios populares.

Treinta cocineros

Un total de treinta cocineros hicieron posible el éxito de esta fiesta gastronómica en la que se utilizaron 200 kilos de garbanzos y 400 kilos de carne. "El plato se preparó de forma tradicional", como le gusta a la gente, decía una de las voluntarias.

Novedades

Esta edición presentó importantes novedades con respecto a años anteriores como la actuación de grupos musicales, de hecho la animación en la carpa corrió a cargo de la Escuela de Acordeones de Campelo, por la Agrupación Folclórica Vides Novas y por la Escuela de Música Tradicional de Poio.

El buen tiempo fue un reclamo para esta degustación, porque los callos y el calor no son incompatibles, eso es lo que entienden organizadores y los cientos de personas que acudieron al recinto de A Seca que ante tanto éxito ya comienzan a pensar en la fiesta gastronómica de la próxima edición que será la undécima.