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La detección de nidos de avispa velutina se dispara en solo dos años en el municipio

Se pasó de retirar un único nido en 2014 a más de 26 este año - Los expertos creen que es un grave peligro para el medio ambiente pero que no es más agresiva que otros insectos

Nido de velutina detectado estos días en Lourizán. // Gustavo Santos

La "vespa velutina", popularmente conocida como avispa asiática, continúa su colonización de la comunidad autónoma gallega. Esta especie invasora se extiende con rapidez por distintas comarcas gallegas y en los últimos meses se ha incrementado de forma notable su presencia en la comarca de Pontevedra y especialmente en el municipio capitalino. Así lo demuestran los numerosos avistamientos de nidos que reportan recientemente los vecinos de distintas parroquias pontevedresas (los últimos, esta misma semana los de Lourizán) y también los datos de la Xunta que está realizando un seguimiento especial al avance de esta plaga y tomando medidas para combatirla.

Así, el municipio pontevedrés pasó de registrar un único avistamiento de nido de velutina a 31 de diciembre de 2014, a encontrarse entre los ayuntamientos de la provincia con más presencia de este insecto con entre 26 y 100 nidos conocidos a 19 de agosto pasado. En diciembre de 2014 la presencia de la avispa asiática se reducía a tres concellos en la comarca. Además de Pontevedra, entonces se había detectado ya, con un único nido, también en Poio y Ponte Caldelas; pero en agosto de este año su presencia ya se ha extendido a ayuntamientos como Sanxenxo o Vilaboa (junto con Poio cada uno suma entre 6 y 25 nidos retirados) y en menor medida en Caldas, Moraña, Barro, Portas y también Ponte Caldelas con entre dos y cinco enjambres. Por último, también ha sido localizado un nido en Cotobade, según los datos de la administración autonómica.

Y eso que, según los expertos, este no ha sido el mejor año para la expansión de este insecto debido a la climatología. Así lo explica Esther Ordóñez, veterinaria de la Agrupación Apícola de Galicia que el 16 de septiembre estará en Pontevedra dando una charla informativa sobre la velutina. La amenaza que supone el avance de esta especie invasora se podría dividir en tres frentes. El medioambiental, el económico y también el que puede causar al propio ser humano en caso de sufrir un ataque.

No solo peligran las abejas

Sin duda el aspecto más preocupante es el primero. Ambientalmente cualquier especie invasora puede suponer un grave problema pero la velutina, al tratarse de una auténtica invasión, pone en peligro numerosas especies "no solo a las abejas", explica Esther Ordóñez, sino también devora "otros insectos como mariposas o saltamontes". Especies además que pueden no contar con la protección que tienen las abejas por parte de los apicultores y cuya desaparición podría suponer una alteración grave para el medio ambiente. En cuanto a las propias abejas, la merma de su población por la presencia de la velutina afectaría gravemente a la polinización y a la presencia de determinadas especies vegetales en la comarca.

A nivel económico, es evidente que la apicultura es el sector más afectado al atacar directamente a las abejas, pero Ordóñez destaca que la presencia de velutina puede causar daños a todo el sector hortícola de la comarca con afección sobre frutales, especialmente cuando el fruto está maduro. Además, como es una plaga nueva habría que esperar a comprobar sus efectos en sectores tan importantes en esta comarca como el del vino, por ejemplo.

En cuanto a posibles ataques a la población, Esther Ordóñez remarca que es un insecto "que no es especialmente agresivo". Incluso señala que lo considera menos agresivo que otras especies autóctonas de avispas. No obstante, hay que tener en cuenta que si se siente amenazada puede atacar.

En cualquier caso, la idea que transmite a la población es que "en el caso de encontrar un nido cerca donde se vive, no es necesario tomar medidas como no salir de casa en todo el día", simplemente se debe dar aviso al teléfono 012 y esperar a que sea retirado. Algo que puede tardar unos días ya que, al parecer, la lista de espera para retirar estos nidos es cada vez más larga. Uno de los problemas que sí están detectando es la aparición de nidos a escasa altura o en el suelo. Y es que estos enjambres si pueden ser un problema si hay niños cerca, o para los agricultores (que pueden romperlos trabajando los campos) o para los operarios forestales o de limpieza de parques y jardines.

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