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Los comuneros alertan del alto riesgo de incendios en lo que resta de verano

-El calor, la sequía y el próximo desmantelamiento de las brigadas aumentan el peligro - Recuerdan que los peores fuegos de 2011 en Pontevedra se produjeron en octubre

Terreno quemado durante un reciente incendio en los montes de Dorrón, Sanxenxo. // Rafa Vázquez

La Mancomunidad de Comunidades de Montes de Pontevedra alerta del alto riesgo de incendios forestales en lo que resta de verano y el inicio del otoño, ante las altas temperaturas previstas para los próximos días. Los comuneros temen que en las últimas semanas de septiembre confluyan las condiciones que hacen que los incendios se propaguen, como calor, vegetación seca y viento -al margen de la acción de los incendiarios-, que unido a la próxima disolución de las brigadas de extinción de incendios ponen en jaque a los montes.

Los comuneros acaban de conocer el plan de ayudas destinadas por la Xunta a los concellos y particulares afectados por los últimos incendios forestales y cada comunidad de montes se encuentra ahora en un proceso de estudio de las mismas, "sobre todo a nivel técnico", apunta el presidente de la Mancomunidad, Iván Pérez, quien explica que será cada colectivo el que valore o solicite las ayudas ofertadas por la Xunta.

En las últimas semanas se han producido varios conatos de incendio en la comarca, que son sofocados rápidamente gracias a la intervención de las brigadas y a la ausencia de vientos fuertes, pero los comuneros recuerdan que de confluir intencionalidad en el fuego, terreno seco, viento y escasez de medios, estaríamos ante nuevos desastres como los de hace un mes.

Ayudas

El gobierno de la Xunta acaba de habilitar una partida de 10 millones de euros para reparar los daños causados por los incendios forestales que se registraron el pasado mes de agosto. Estas ayudas se regulan en el decreto de medidas urgentes que el pasado jueves aprobó en su reunión semanal el Consello de la Xunta y que como objetivo principal declara la reparación de los perjuicios provocados por la llamas, la restauración de los valores naturales y la reactivación de la actividad económica de las zonas afectadas. Estas subvenciones, que se destinarán tanto a particulares como a concellos, serán compatibles con otras indemnizaciones a las que puedan tener derecho los afectados.

Pueden solicitar estas ayudas los propietarios o usufructuarios de viviendas dañadas; los titulares de establecimientos comerciales, mercantiles, industriales y turísticos afectados; y los titulares de explotaciones forestales, agrícolas y ganaderas; así como las entidades locales que necesiten hacer frente a gastos derivados de las actuaciones efectuadas a causa de los fuegos.

En todo caso y de acuerdo con un informe elaborado por la Axencia Galega de Emerxencias, la Xunta ha limitado a 200 los ayuntamientos afectados por los incendios durante el pasado mes de agosto y solo los vecinos de estos municipios tendrán derecho a reclamar las ayudas habilitadas por la Administración autonómica.

La Xunta impulsará ahora la creación de una comisión con la Administración del Estado, con las diputaciones y con las administraciones locales afectadas con el fin de determinar las cantidades que aportará cada una para la asunción de los daños.

Para los comuneros, estas ayudas no son suficientes ni es la solución al problema. En una reciente asamblea, la Mancomunidad de Montes de Pontevedra acordó exigir a la Administración pública "indemnizaciones" por los daños causados, en lugar de "ayudas fuera de tiempo".

En todo caso las comunidades de montes estudiarán las ayudas ahora aprobadas por la Xunta para determinar si son útiles para paliar los daños de los últimos fuegos.

Por otra parte, esta Mancomunidad ha empezado a ponerse en contacto con otras mancomunidades de montes de la zona, así como con la Organización Galega de Comunidades de Montes, para formar un "frente común" en sus demandas ante la Administración y reclamar que los tengan en cuenta a la hora de diseñar las políticas forestales.

Entre otras demandas, piden que se cumpla el plan Pladiga de la Xunta en cuanto a que los distritos forestales deben tener comunicación y estar en contacto con los agentes que participan en la vida del monte, en particular las comunidades, algo que según aseguran no se está cumpliendo.

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