La aglomeración de visitantes que recibió la ciudad en la XVII Feira Franca se evidenció en el estado de los aparcamientos, tanto públicos como privados, gratuitos o de pago, que estuvieron al completo durante toda la jornada de ayer. Ninguno de los parkings públicos disponía de plazas libres desde primera hora de la mañana, mientras que aparcar en la calle o en los estacionamientos "disuasorios" era tarea casi imposible.

El "completo" que presentó la ciudad durante buena parte de la jornada se hizo evidente también en las terrazas de los bares. Al margen de que la mayoría de ellos tenían su espacio exterior reservado para banquetes privados, en los pocos en los que el acceso era libre se hacía muy difícil encontrar una mesa.

Y pese a la masiva afluencia de gente, la fiesta transcurrió sin incidentes de importancia. En principio los centros de salud, como en el puesto médico avanzado del Teatro Principal se atendieron únicamente heridas leves, como cortes o contusiones, o ampollas en los pies debido al calzado de disfraz.

El puesto médico central en el recinto de la fiesta había atendido a última hora de la tarde a 12 personas, en todos los casos por heridas de carácter leve, principalmente pequeños cortes y algunos golpes. Ninguno de ellos había requerido un traslado a un centro hospitalario.

Desde el momento en que se montaron los puestos en la calle, a primera hora de la mañana, los bomberos revisaron cada una de las instalaciones para comprobar que cumplían las normas de seguridad requeridas y que contaban con los necesarios extintores y medidas de prevención. Apenas se detectaron infracciones, que una vez subsanadas permitieron a los titulares abrir la instalación con normalidad.

El accidente ocurrido hace unos años con dos personas heridas por quemaduras causadas por una "queimada" han extremado las medidas de seguridad en este aspecto en el recinto de la fiesta.