- Uno de los méritos que se le reconoce es su dedicación a la promoción turística de Sanxenxo, ¿que es lo que ha hecho en este sentido?
- Yo fui el encargado de dirigir las campañas publicitarias de promoción del turismo de Sanxenxo en los años 80. De hecho confeccioné la primera guía turística de Sanxenxo y el resto del materia turístico. También asistí a muchas ferias promocionando la ciudad en Barcelona y otros lugares.
- ¿Qué siente al ver el reclamo turístico en el que se ha convertido la villa en verano ya que usted fue uno de los impulsores?
- Si te digo la verdad pienso que con el paso de tiempo se nos fue de las manos. En aquel momento teníamos cuatro hoteles y poco más que ofertar. A raíz de la promoción, el turismo en Sanxenxo creció de forma descomunal con una muy buena aceptación.
- Además hay un fuerte contraste entre verano y el resto del año.
- Yo hablo con mucha gente y hay un desencanto en la villa. Todos los negocios de hostelería están en manos de gente forastera por lo que llega el verano para hacer caja y al finalizar se marchan para sus casas y se olvidan de la villa quedando todo el invierno como un pueblo fantasma.
- ¿Cuánto tiempo hace que esta situación se descontroló?
- Yo esta situación ya la denunciaba en un artículo del libro de fiestas del 1990. Me viene a la mente un fragmento en el que decía que con los primeros calores del verano acuden en tropel los turistas. En este momento ya había más de 30 hoteles ilegales y casas unifamiliares que hacían la función de hotel. En ese año me vi superado y eso motivó mi abandono del cargo al frente de la promoción.