Alejandro Izuzquiza ha recibido a lo largo de su trayectoria profesional medallas reconociendo su labor como director de la entidad pública que se encarga de indemnizar en caso en catástrofes naturales, atentados y accidentes de circulación. El premio de la Cebola de Ouro que le otorgará el Concello de Sanxenxo le hace especial ilusión a este madrileño, ya que tras 30 años veraneando en ella, se define como un completo enamorado de la villa y de sus gentes.
- ¿Cómo se siente por recibir el galardón de la Cebola de Ouro este año?
- Pues me siento emocionado. Cuando uno escoge su sitio de veraneo lo que para mí es importante escogerlo bien, ya que la elección del lugar del disfrute de la familia es una decisión muy importante. Que ahora sin haberlo pedido y sin hablarlo con nadie tantos años después me recompensen habla muy bien de esta gente a la que se lo agradezco mucho.
- ¿Conocía la existencia del premio antes de recibirlo?
- Sí lo conocía porque cuando estoy en Sanxenxo leo tanto la prensa nacional como los periódicos de la zona para seguir las noticias. Lo que no conocía son los detalles ya que yo veraneo durante el mes de agosto y nunca he acudido a las fiestas de Santa Rosalía. También porque no me gusta conocer los detalles de algo que yo no podía vivir.
- ¿Podrá asistir este año?
- Sí. Yo mañana me vuelvo a Madrid ya que trabajo pero he conseguido organizarme para volver el sábado y estar el domingo en el acto de entrega. Si no hubiera sido capaz de estar, no lo habría aceptado.
- Cuénteme ahora la historia de cómo conoció la existencia de la villa y su primera visita.
- Yo la conocí en el año 1986 a través de mi mujer. Antes yo veraneaba en otra zona del norte y un año el dueño de la casa que alquilaba dejó de hacerlo. Al no encontrar otro sitio en esa villa, mi mujer me sugirió viajar al sur de Galicia, particularmente a Sanxenxo. En un primer momento yo vine sin ganas pero en aproximadamente hora y media después de aparcar el coche me di cuenta de que había encontrado el lugar de mi vida, que de aquí no me sacaba nadie. Cuando llamé a mis amigos contándoselo se rieron al saberlo.
- ¿Qué es lo que le hace volver año tras año?
- Lo que me hace volver es que mi familia comparte mi entusiasmo. Yo tengo cinco hijos, los mayores de más de treinta años, que continúan viniendo conmigo todos los años, algo que para mí es emocionante.
- ¿Se ha planteado mudarse indefinidamente durante todo el año en el futuro?
- A mi sí que me gustaría mucho. Tendría que buscar una casa en la localidad ya que estos treinta años he estado alquilado. No sé si llegaré a tener la posibilidad o no pero este sería el único impedimento que veo. Si pudiera encontrar un sitio en el que quedarme sin ninguna duda que me vendría a vivir aquí.
