Algunos de los mayores cambios sobre el paisaje, al menos desde el aire, están producidos por los polígonos industriales. La comparación entre 2004 y 2014 se puede apreciar como han crecido estas áreas industriales. En 2004 la crisis económica era algo inimaginable y se proyectaban grandes áreas empresariales que se fueron construyendo en los siguientes años. La imagen en 2014 es de grandes extensiones urbanizadas pero con la mayor parte de sus parcelas vacías.

Dos de los polígonos que más han modificado el paisaje han sido A Reigosa y Barro Meis. A Reigosa creció como ampliación del polígono de O Campiño y en los últimos dos años parece que se ha reactivado el interés de las empresas por establecerse en él. A Reigosa son 284.000 metros cuadrados dedicados a naves industriales, repartidos en 52 espacios. Quedan libres, según Xestur, casi la mitad, 143.547 metros cuadrados. En Barro-Meis también ha habido una reactivación de la demanda de suelo industrial. Actualmente están disponibles 150.000 metros cuadrados de los 250.000 del parque empresarial. Además del polígono, en Barro tuvo un gran impacto el macroenlace que se realizó entre la AP-9 y la autovía de O Salnés.