El vicepresidente de la Diputación de Pontevedra, César Mosquera, confía en que las tensiones internas de su socio de gobierno, el Partido Socialista, no afecten a la gestión de la institución provincial. Así lo afirmó ayer Mosquera, quien piensa que mientras no se modifique el programa que el gobierno provincial ya tiene previsto, no habrá que temer nada a este respecto.

"Espero que esos problemas se sepan reconducir y tengo la esperanza y la convicción de que no van a afectar. Por ahora no han afectado. Existen problemas, es público y notorio, no estoy diciendo ninguna novedad, pero por ahora no ha afectado", aseguró Mosquera en relación a un enfrentamiento, el de los socialistas de la ciudad de Pontevedra con los de Vigo y la Diputación que, dice, ya se ha ampliado a toda la provincia, aunque "ya estaba ahí". "Creo que el PSOE de Pontevedra ha aumentado su virulencia contra el PSOE de la Diputación", matizó.

No obstante, para Mosquera el actual gobierno de la Diputación no solo no ha sufrido por esta situación sino que, en su opinión, ha logrado sacar adelante todas las cuestiones previstas sin problema alguno. "Conozco bien esta casa después de muchos años y no he conocido ningún gobierno que tuviera menos problemas, ni siquiera los gobierno monocolor del PP", dijo el vicepresidente provincial.

Esa ausencia de obstáculos es la que ha permitido poner en marcha, según aseveró, "proyectos pioneros" y al tiempo convierte a la de Pontevedra "en la diputación más ecuánime" en cuanto al reparto de fondos entre concellos. "A los concellos de menos de 2.000 habitantes les estamos repartiendo entre 150 y 200 euros por habitante, los que tienen entre 2.000 y 5.000 habitantes andan en los 100 euros y subimos hasta los concellos más grandes, véase Pontevedra o Vigo, en los que en el caso del más grande andamos por los 20 euros por habitante", expuso César Mosquera.

Un BNG "regenerado"

El vicepresidente provincial también se refirió a su propio partido, el Bloque Nacionalista Galego, del que dijo que "ha cambiado radicalmente" para pasar a ser una fuerza política "cohesionada" y "regenerada". Mosquera recordó la preocupación que, en un encuentro anterior con los periodistas, el pasado mes de diciembre, hizo pública al referirse a que su partido "no sabía a qué estaba jugando", pero lo hizo para contraponerla a la situación actual, con la que se mostró más optimista. "No tiene nada que ver a cómo estaba hace un año o dos", comentó.

El nacionalista, sin embargo, no se mostró totalmente seguro de que el nuevo escenario que plantea llegue a tener influencia en las urnas de cara a las elecciones de septiembre. "Vamos a ver si el tiempo da para que esta nueva situación se transmita electoralmente", señaló.