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Un calvario para adoptar

Una pareja pontevedresa y su familia recurren al Valedor do Pobo y a la Fiscalía para defender su derecho a proteger un niño sin recursos tras 8 años de trámites infructuosos

Luis Ánxelo Vila y Conchi Cochón. // Gustavo Santos

Conchi Cochón es delicada y pacífica, no le gusta la pelea y apenas habla a diferencia de su marido, Luís Anxelo Vila, harto ya del dolor. Todo empezó en 2008 y a iniciativa de ella: quería ser madre y pensó que ayudar a un niño sin opciones era a su vez la mejor opción. Craso error en un país de burócratas: ¿Por qué iba a ser usted madre si no puede serlo físicamente? ¿A qué atribuye seguir siendo soltera a los 40?... Y así una batería de preguntas estúpidas (los años enseñan que con frecuencia la estulticia se camufla de ciencia psicológica) que desmoralizan a la gran mayoría de las hipotéticas madres adoptivas, pero no a ella. Y así empezó todo: trámites, entrevistas, papeleo...

Ni siquiera (hace tantos años) conocía a su actual pareja. Así que Conchi Cochón optó por el único país que podría aceptar una adopción monoparental, Vietnam. "Hay dos opciones para adoptar", explica su marido, "a través de abogados facilitadores que actúan a nivel internacional y las Icaes, que son agencias habilitadas y controladas por la Xunta y que en principio parecía que tenían mayores garantías".

Las Icaes son entidades colaboradoras en adopción internacional cuya misión, al menos nominalmente, es ayudar a las familias en la adopción o acogimiento preadoptivo o una situación equivalente, también en la adopción internacional. "Puro negocio", resumen off de record varias familias: las que han adoptado consideran que es mejor callar y las que están en espera y duramente enfadadas sencillamente temen ser desahuciadas. Unas por otras, el escenario se perpetúa a excepción de las que ya no tienen nada que perder, como esta pareja pontevedresa.

El expediente de Conchi Cochón se tramitó hasta 2010, cuando remitieron un cupo para adoptar en Vietnam. A la agencia acreditada (presentan a FARO decenas de documentos que prueban los trámites ante la Xunta y las aportaciones) habían pagado hasta entonces alrededor de 15.000 euros, según los cálculos de la pareja, "un pastizal, hasta que en octubre de 2010 Vietnam hace un cambio de ley y deja de recibir nuevas solicitudes".

"Por el medio comunicaciones de la Xunta cero, sencillamente", a pesar de que Conchi Cochón pidió a la Xunta explicaciones.

Le negaron la opción de pedir una segunda posibilidad de adopción en otro país a pesar de que legalmente pudo haberla solicitado. En 2011 renueva su idoneidad (para adoptar es necesario contar con un certificado que acredite la aptitud de los padres ) y comunica su noviazgo con Luís Anxelo Vila, que en 2014 se había consolidado, tanto que si no contraían matrimonio era para no entorpecer el expediente de adopción.

"Ella preguntó, le dijeron que simplemente cuando nos casásemos pasarían dos años de suspensión para adopción en España pero internacional nada porque ya estaba en Vietnam, de hecho estaba en la carta que le enviaron en 2012", explica Luís Vila.

A partir de ese momento la pareja no recibió cartas ni para programas de adaptación o certificados salvo para pasarse a lo que denominan "lista 2", la de niños "con problemas" (deficiencias mentales o físicas, síndromes etc). Las dos buenas noticias: que en 2015 se casaron Conchi y Luís y unos meses después la Icae los llamó para confirmar que ya tenían un niño adjudicado.

"En cuanto te dicen eso tenemos que pagar otro pastizal pero efectivamente nos tocaba... Nos dijeron que el tener marido no era un problema en Vietnam, al revés mejora tu situación, pero necesitábamos que la Xunta cambie el expediente o acudir al país como monoparental".

A finales de julio en una cita con la Xunta les dieron como opciones, "una no idoneidad sobrevenida que es la máxima penalización administrativa y que supone la cancelación de todos los expedientes... Lo que haría imposible la adopción, porque dicen que ocultamos el matrimonio cuando nosotros comunicamos la adopción y el matrimonio, como en cualquier otra pareja, no cambia en nada la relación".

Les ofrecieron asimismo, afirma la pareja, reiniciar el expediente y dejar de lado la adopción en Vietnam, así que pidieron hablar con la jefa de servicio, que prometió buscar una solución hasta que el pasado miércoles los citan para una nueva entrevista de idoneidad a finales de septiembre, lo que automáticamente los deja fuera de la posibilidad de adoptar en Vietnam, ya que el 30 de septiembre todo el expediente ha de estar registrado y traducido en el país asiático.

La familia ha recurrido al Valedor de Pobo y se plantea acudir a la Fiscalía para denunciar lo que considera un "rosario de irregularidades" y advertir a las parejas gallegas ya que consideran que "hay una negligencia en la tramitación de los expedientes brutal, y para colmo han dilatado los plazos... Esto podría estar hecho y no nos lo comunicaron hasta que estaba fuera de plazo".

¿Se imaginan padres más idóneos que los que llevan 8 años luchando por un hijo que no llega?

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