Pompas Fúnebres Pontevedra y Alianza y Barros (junto con una tercera empresa no implicada en este proyecto) gestionaban el tanatorio de Montecelo hasta su derribo en el verano de 2010. Tras numerosos intentos de levantar un servicio similar, con crematorio, en el mismo lugar ambas firmas trasladaron el proyecto a Arzobispo Malvar, pactando con el Colegio de Arquitectos la compra del solar que esta entidad poseía para levantar su frustrada sede. Aunque la normativa municipal prohibe expresamente que en suelo urbano se ejecuten crematorios, sí se permiten tanatorios. De un modo u otro, el asunto generó protestas entre el vecindario, que ahora ve en estos hallazgos una oportunidad de tumbar el proyecto, en trámites desde hace más de cuatro años. El diseño que planteó en su día la empresa Tanatorio Las Corrientes (denominación mercantil) apostaba por un inmueble de dos plantas en superficie pero al menos un sótano para habilitar un pequeño aparcamiento.