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Seis años sin Sonia y con una familia que espera respuestas

Tras su desaparición tal día como hoy en 2010, el caso sigue archivado judicialmente y solo se reabriría con nuevas pruebas

El padre de Sonia Iglesias intenta consolar a la madre de Sonia durante la concentración de 2015. // G. S.

La familia de Sonia Iglesias Eirín cumple hoy seis años esperando respuestas. En la mañana del 18 de agosto de 2010 esta mujer que entonces tenía 38 años desaparecía sin dejar rastro en pleno centro de Pontevedra. Tras hacer unos recados, entre ellos dejar unos zapatos a arreglar en una zapatería de Arzobispo Malvar sobre las diez de la mañana, tendría que incorporarse a su puesto de trabajo en una tienda de moda de la calle de Benito Corbal a las 13.30 horas, pero nunca llegó. Desde entonces, nada se sabe del paradero de Sonia y su familia sigue sufriendo los estragos que produce la incerteza de no saber lo que sucedió, la angustia de no poder cerrar un capítulo tan amargo de sus vidas, "el dolor por la falta de respuestas".

Así lo explica la hermana de la desaparecida, Carmen Iglesias, quien insiste, precisamente, en que "lo peor es la incertidumbre de no saber nada, es lo más difícil de olvidar". La hermana de Sonia cuenta que, seis años después, la desaparición de Sonia dejó graves secuelas en toda la familia pero "especialmente en mis padres". Carmen Iglesias indica que "el deterioro físico en ambos es claramente visible, es evidente que no son las mismas personas" que antes de aquel fatídico 18 de agosto. "En mi caso, por ejemplo, tengo un trabajo, a mi marido, a mis hijos, algo que te permite evadirte y, en cierta medida, olvidar, al menos durante un tiempo, lo que ha sucedido, pero ellos lo llevan mucho peor; son dos jubilados y es un dolor continuo, que no pueden aparcar y eso se les nota", relata.

En cuanto al hijo de Sonia, que tenía ocho años en el momento de la desaparición y que hoy es ya un adolescente que ronda los 14, su tía explica que, como todos los niños, se dotó de un sistema de defensa que "los lleva a esconder aquellos episodios más dolorosos para ellos en algún rincón de su mente y no habla mucho de este tema", pero supone "que la procesión va por dentro".

La familia convocó para el próximo 24 de agosto en A Ferrería la concentración que se repite anualmente para que el caso de Sonia no caiga en el olvido. Un acto en el que siempre cuentan con el respaldo de la sociedad pontevedresa. A día de hoy, la investigación en torno al paradero de Sonia Iglesias permanece archivada judicialmente de forma provisional.

Carmen Iglesias explica que, a nivel judicial, no hay cambios dado que reconoce que "solo la aparición de nuevas pruebas, como pudieran ser los restos de mi hermana, permitiría reabrir el caso". Mientras eso no sucede, es "difícil" que se puedan volver a abrir unas diligencias judiciales en las que figuró como investigado el entonces compañero sentimental de Sonia, pero que fue desimputado por el juzgado tras el archivo de la causa al entender que no había indicios suficientes que lo relacionasen con la desaparición. Un archivo que en abril de 2015 ratificó la Audiencia Provincial de Pontevedra.

La concentración tendrá como objetivo, precisamente, intentar que el caso no caiga en el olvido. No obstante, Carmen Iglesias reconoce que será "difícil y complicado" dar con el "autor o autores" de la desaparición de su hermana, al menos mientras no aparezca una nueva pista sólida sobre el paradero de Sonia o sus restos mortales. La hermana de la desaparecida insiste en que los primeros momentos de la investigación fueron cruciales y sigue pensando que "si las cosas se hubieran hecho de otra forma en aquellos primeros instantes sí que es verdad que la situación ahora podría ser muy diferente a la que estamos viviendo".

La familia, durante estos cinco años, también se ha visto obligada a convivir con noticias que hablan de la aparición de restos humanos (en alguna ocasión incluso bulos que relacionaban dichos restos con la propia Sonia) que los sobresaltaban. "Es verdad que siempre que aparece algo, ya sea verdad o no el hallazgo, te sobresaltas y aparecen los nervios, pero una vez que se realizan las primeras pruebas y descartan que pudieran pertenecer a Sonia, las esperanzas vuelven a caer en picado", relata.

Y es que, aunque la familia no renuncia a que se conozca quienes fueron los culpables de la desaparición de Sonia, Carmen Iglesias reconoce que para ellos lo fundamental "sería que apareciesen los restos de mi hermana para al menos poder zanjar esa parte" de esta tragedia familiar.

Archivo provisional

En el momento del archivo, desde la Fiscalía de Pontevedra se insistió en todo momento en que se trataba de un archivo judicial, por lo que se instó a mantener las actuaciones abiertas policialmente, atentos a cualquier nueva prueba o indicio que pudiera ser investigado y que permitieran su reapertura. En aquel momento se incidió en que el archivo definitivo del caso solo se produciría en el momento en el que transcurriesen los plazos para la prescripción del delito, que en el caso de los ilícitos más graves es de dos décadas.

Mientras que el caso permanece aparcado judicialmente, Pontevedra sí que no olvida a su vecina desaparecida y no son pocos los comercios que todavía tienen en sus escaparates o en el interior la imagen que hace ya seis años difundieron sus allegados. La concentración convocada por la familia tendrá lugar el día 24 como es habitual en la plaza de A Ferrería a partir de las 21.30 horas.

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