La Consellería do Medio Rural recuerda que los propietarios, arrendatarios o usufructuarios de los terrenos son los responsables de los mismos. Así, establece que desde el límite de la aldea o villa hasta los 30 metros no puede haber maleza, ni pinos, eucaliptos o acacias. De los 30 a los 50 metros, no puede haber maleza y los árboles tienen que estar bien separados entre sí. En cuanto a las casas aisladas, se establece que desde el límite de la vivienda hasta los 10 metros no puede haber maleza ni árboles y que las copas de estos tampoco pueden invadir esta franja de protección. Entre los 10 y los 30 metros no habrá maleza ni especies que arden fácilmente, como los pinos y eucaliptos. De los 30 a los 50 metros, imperan las mismas condiciones que con las aldeas y villas.

El fuego llegó ayer al municipio de Pontevedra con dos incendios que se registraron en las parroquias de Lérez, Verducido y Pontesampaio, que movilizaron, una vez más, y al igual que en los concellos vecinos y en días previos, a los servicios de emergencias y a los habitantes del lugar. El de Lérez comenzaba en la noche del pasado martes, a las 23.35 horas y llegó a arrasar algo más de 30 hectáreas. Cuando la Xunta lo daba por controlado, ayer por la tarde, se iniciaba otro, mucho más espectacular, en Pontesampaio, a las 16.44 horas, que al cierre de esta edición había quemado más de 20 hectáreas y había obligado al desalojo de varias viviendas. Sobre las diez de la noche, quedaba controlado, aunque no extinguido.

Después de que el incendio de Tenorio, en Cotobade, llegase a alcanzar el pasado lunes por la noche la parroquia de Bora, quedando solamente en un susto, ayer Pontevedra se enfrentaba a sus propios fuegos, los que se iniciaban en sus parroquias. El que peor cariz tomó fue el de Pontesampaio, donde las llamas llegaron a rodear numerosas casas en el lugar de Acevedo y el humo dificultó la extinción.

El fuego comenzó en la zona de O Rañadoiro, donde hay aproximadamente unas 40 viviendas, poco antes de las cinco de la tarde. Hasta el lugar se desplazaron miembros de Protección Civil, Bomberos y Policía Local.

El avance imparable de las llamas hacia Acevedo, donde hay entre 60 y 70 casas, obligó a desalojar varias de ellas, seis hasta las ocho de la tarde, según informó la Policía Local, una medida preventiva que, pese a todo, no evitó que se quemase una casa abandonada, alpendre y galpón, en el lugar de Forniño. Además, fue desalojada una mujer de avanzada edad que vive sola y que fue acogida por los propios vecinos.

A medida que avanzaba el fuego se sucedían las escenas de pánico entre los vecinos y afectados, que temían por sus pertenencias. Muchos de ellos se lamentaban porque el fuerte viento ayudaba a la propagación de las llamas, contra las que trabajaban un técnico, tres agentes, siete brigadas, cinco motobombas, una pala y tres helicópteros.

Pese a este despliegue, y teniendo en cuenta las características del incendio y la cantidad de casas que podrían sufrir sus consecuencias, el Concello de Pontevedra reclamaba a última hora de la tarde de ayer más medios a la Xunta de Galicia, ya que consideraba que podrían haber evitado su veloz propagación.

La superficie quemada a última hora de la tarde superaba las 20 hectáreas y se preveía que iba a ser mayor dada la evolución del incendio, que, aunque en algún momento llegó a rodear numerosas viviendas no fue decretada la "situación 2", la que se aplica a los que suponen un riesgo real para la población, según la Consellería de Medio Rural.

Los medios que trabajaban en la zona se encontraron con numerosas dificultades para acceder debido a la estrechez de los caminos. Estos viales no permitieron el acceso con los camiones de Bomberos, por lo que fue necesario utilizar vehículos más pequeños. Por otro lado, las carreteras fueron cortadas para evitar situaciones de peligro.

La Policía Local destacó la intensa colaboración de Protección Civil. Con motosierras se procedió a cortar los árboles más cercanos a las viviendas y se refrescaron las casas que podían sufrir más peligro. Entre los efectivos a los que se solicitó ayuda figuraba Protección Civil de Poio.

También los vecinos trabajaron duramente para hacer frente al fuego. Ramón Agulla, presidente de la Asociación Héroes de Pontesampaio, destacaba ayer que la preocupación entre los habitantes era máxima. "Todo esto nos recuerda a la oleada de incendios de 2006. Por aquel entonces fue terrible, y hoy también lo está siendo", afirmaba.

En este sentido, destacaba la importancia de mantener limpias las fincas. "Pero es difícil, ya que la gente tiene que pagar por mantener algo que, al fin y al cabo, no le da dinero".

A las nueve de la noche, el fuego ya había llegado al casco urbano. Allí, los vecinos se afanaban en atacar al fuego con los medios más básicos de los que disponían, como cubos o mangueras. "Lo peor va a llegar ahora con la noche, ya que hay tanto humo que no vemos ni por donde vamos. Va a ser una noche muy movida", vaticinaba.

Sin embargo, fuentes oficiales confirmaban cerca de las diez de la noche que el incendio estaba controlado, aunque no extinguido por completo.

Algo más tranquilos estuvieron ayer los vecinos de Lérez y Verdudico, donde se registró un incendio que afectó a algo más de 30 hectáreas. Tampoco este fue clasificado por la Xunta como de "situación 2", pese a que se encontraban varias casas cerca del camino del fuego.

Las llamas comenzaron a las 23.35 horas del martes en O Castelo, Lérez, y fueron los propios vecinos los que dieron la voz de alarma. Iván González fue uno de ellos. El joven, de 26 años, visualizó un foco cerca de su vivienda familiar, en Verducido, hasta donde se propagó el fuego, y telefoneó al 112. El pontevedrés no podía evitar su malestar con la descoordinación de este servicio. "Tuvimos que llamar hasta en tres ocasiones porque nos decían que este incendio ya estaba controlado, pero yo sabía que no porque seguía avanzando y aquí no había llegado ningún medio", critica.

Iván González asegura que llegó a ver hasta tres focos diferentes con una distancia entre ellos de un kilómetro, aproximadamente. " Obviamente, esto te hace pensar que es algo intencionado. Que ha sido alguna persona que se ha movido en coche", considera. "Está todo con mucha vegetación, pero es normal, porque no hay ayudas para la limpieza. Y después pasa lo que pasa, que viene un sinvergüenza y planta fuego", añade.

"Lo importante sería encontrar a los culpables. Estoy seguro de que debió ser una sola persona. Es una pena que no pueda ser llevado ante la Justicia", sentencia.

El joven se preocupó especialmente por las dos casas de sus vecinos situadas en el margen de la carretera donde se encontraba el fuego. Así que no lo dudó y timbró a ambas viviendas para invitarles a pasar a la que él comparte con sus padres. "Son personas mayores, así que les dije que viniesen. También a sus animales, un perro y un gato". De hecho, una de las vecinas aseguraba ayer que se encontraba muy nerviosa por toda la situación y que prefería no hablar con la prensa.

En las labores de extinción trabajaron un técnico, cinco agentes, diez brigadas, siete motobombas, una pala y un helicóptero.

Roberto Novas, jefe de la brigada Alfa del Campiño aseguró que el fuego ya había quedado estabilizado por la mañana. "El perímetro del incendio se mantiene sin posibilidad de que avance".

Limpieza de montes

Por su parte, Marcos Rey, presidente de la Comunidad de Montes de Verducido, incidió en que las ayudas a las comunidades de montes para la limpieza habían sido concedidas pero no tramitadas. "Nosotros hemos puesto ya 10.000 euros en limpieza de monte bajo", confirmó.

Ayer eran muchos los vecinos que se quejaban de que las fincas colindantes con sus viviendas se encontraban sin limpiar, una circunstancia que aumenta el peligro.