El Concello de Pontevedra no sanciona a quienes beben alcohol en la calle en "peñas", a pesar de no ser ninguna fiesta programada oficialmente, porque "sería un poco complicado", según admitió el portavoz del gobierno local, Raimundo González Carballo. Tanto este concejal como la edil responsable de Seguridad Ciudadana, Carme da Silva, identificaron este "macro botellón" en la vía pública con la fiesta de Santa Kata (organizada por los alumnos de la Facultad de Ciencias Sociales en el recinto del campus universitario el día de la patrona del centro), para justificar que no se aplique la ordenanza reguladora de la convivencia en espacios públicos, que prohibe beber alcohol en la calle, con la excepción de las fiestas populares. "No es una cuestión de permitir o no permitir; no la organiza el Concello, de igual forma que Santa Katabirra no lo organiza la Universidad", argumentó el portavoz del gobierno local.

"Deciden ellos"

Respecto a la celebración de estas "peñas" incluso sin que haya programación taurina -lo que ocurrió el pasado sábado-, el concejal argumentó que la organización de esta actividad "en un día u otro es una cuestión que deciden ellos, no tiene nada que ver la Administración; es una decisión de la propia gente que participa, no es algo organizado por el Concello", insistió González Carballo, quien definió este "botellón" autorizado de forma excepcional como "una celebración festiva que organiza una serie de ciudadanos".

A la pregunta de FARO sobre si el consentimiento para beber alcohol en la calle depende del número de personas que se reúna para hacerlo, el portavoz del gobierno local se limitó a contestar que "esa pregunta no viene a cuento de nada".

Ordenanza

La ordenanza reguladora de la convivencia en espacios públicos (normativa anti botellón) prohibe beber alcohol en la calle excepto en fiestas. El gobierno local entiende que la celebración de las "peñas", aun sin estar en ningún programa festivo oficial, es "una fiesta autogestionada por la juventud de Pontevedra". Así lo explicó la concejala de Seguridad Ciudadana, Carme da Silva. "La ordenanza mantiene la excepcionalidad de las fiestas y eso es lo que ocurrió este fin de semana", dijo.

Respecto a la posiblidad de que esta autorización excepcional abra la puerta a que otras concentraciones "autogestionadas" por sus promotores tampoco sean sancionadas por el Concello, la edil de Seguridad contestó que "esto no abre ninguna posibilidad a que se celebren más botellones en el centro de la ciudad de los que se celebran; si en el futuro hay algún evento que trae miles de personas a Pontevedra serían excepciones ya contempladas por la ordenanza".

"La fiesta del sábado era la fiesta que organiza la juventud de Pontevedra. Se organizaron por su cuenta y fueron quedando para el sábado", insistió la edil.