Faro de Vigo

Faro de Vigo

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

"La teta aporta más de lo que esclaviza"

En la Semana Mundial de la Lactancia, tres madres pontevedresas reivindican los beneficios de este tipo de alimentación natural para sus hijos "a demanda"

Araceli Cortés da el pecho a Aloia, de 18 meses. // G.S.

Reduce la mortalidad infantil y tiene beneficios sanitarios que llegan hasta la edad adulta, según la Organización Mundial de la Salud, OMS. Además, favorece el apego entre el niño y la madre, aseguran las mujeres que la dan. "La teta aporta mucho más de lo que esclaviza".

Las pontevedresas Sonia García, Patricia Portela y Araceli Cortés reivindican esta forma natural de alimentación en la Semana Mundial de la Lactancia Materna. La primera y la segunda son, respectivamente, la presidenta y una de las asesoras de la asociación pro lactancia materna Mámoa, mientras que la tercera es una madre que entró en contacto con el colectivo después de buscar información para poder continuar dando el pecho a su niña, Aloia, que ahora tiene 18 meses.

Sonia García se incorporó a Mámoa cuando esta ya se había creado. "Empecé a ir porque quería coincidir con gente que diera el pecho. Hugo era prematuro y tenía problemas para establecer la lactancia", explica en referencia a su único hijo, que ahora tiene siete años y que se acaba de destetar.

"No es una edad elevada para ello. Se supone que la media del destete está entre los dos años y medio y los siete", aclara, para añadir que es algo que se realiza "a demanda" del pequeño.

En el caso de Patricia Portela, madre de tres niños, comenzó a dar el pecho con el segundo de ellos, que ahora tiene seis años, y continuó con el tercero, Juan, de tres. "Empecé a leer sobre lactancia porque tenía claro que quería dar pecho durante mucho tiempo. No puedo decir exactamente por qué, pero hubo muchos factores que influyeron en mí y me decidí", asegura.

La presidenta de Mámoa aclara que a partir de los tres o cuatro años "la cosa va a menos". "A partir de entonces, te puede apetecer a ti o no, y lo mismo ocurre con el niño. Es tan válido el destete porque lo decida uno u otra", incide. En estos casos en los que se comienzan a espaciar las tomas, "las más importantes son las de antes de acostarse y las de primera hora del día".

Ni dolor ni molestia

Una de las cuestiones en las que las tres mujeres quieren incidir es en que "la lactancia no tiene que doler ni molestar". "Aloia tenía frenillo y me provocaba dolor. En ningún centro de salud se lo vieron y fue en Mámoa que me lo dijeron. La operaron en el Salnés y desde entonces todo fue bien", dice Araceli Cortés.

También es muy importante el apoyo del entorno de la madre. "Es curioso, porque nuestras abuelas daban el pecho, por aquel entonces era algo natural darlo en público. Pero de repente, en los setenta, se introducen las leches industriales y se rompe un eslabón importantísimo", se queja Sonia García.

Esta forma de alimentación natural y propia del ser humano juega un papel crucial en el apego entre madre e hijo, en su opinión. "No quiere decir que sea la única que lo favorece, pero lo hace".

"Se mal relaciona el tomar teta con ser dependiente", critica, por su parte, Araceli Cortés, quien piensa que todavía hay mucha falta de información, incluso en el mundo de la Educación, donde ella trabaja. En cualquier caso, ninguna de ellas se encontró problemas cuando en los centros escolares a los que llevan a sus niños informaron de que tomaban teta. "Tampoco es algo que vayas diciendo por ahí. no vas con un cartel", explican porque, eso sí, "todavía hay tabús y estereotipos".

Cada vez son más las mujeres que optan por la lactancia. "En clase de Juan van a entrar ahora dos niños", asegura Patricia Portela. "Hay más de los que pensamos", dice, por su parte, Sonia García.

Al igual que las tres madres piden respeto para su decisión, aseguran sentirlo por las que no optaron por este tipo de alimentación para sus hijos. "El vínculo se crea con la maternidad en sí. Yo tengo amigas que dan biberón", afirma la madre de Aloia.

Todas bromean cuando se les pregunta sobre si alguna vez han tachado a su grupo de secta. "Es una red real de apoyo", aclaran. "Una manera de normalizar el hecho de dar la teta". "Nuestra función es apoyar y asesorar", afirma la presidenta de Mámoa.

"Mi gran apoyo fue mi pareja; se portó como un campeón. Si no hubiera sido por él, hubiera abandonado", confiesa Araceli Cortés, que nunca se sintió "atada". "La teta aporta mucho más de lo que esclaviza".

Además, las tres coinciden en reclamar "un poco más de empatía" desde el sector sanitario. "Enseguida te dicen que le des el biberón. Los protocolos hospitalarios no favorecen mucho la lactancia", se lamentan.

Redes sociales

Las redes sociales han favorecido esta concepción tradicional de alimentación. "Nos han abierto mucho el camino porque han tejido una red de madres que, de otra manera, no hubieran contactado", explica Patricia Portela.

Eso sí, la doble moral sigue muy presente y a Sonia García le bloquearon la cuenta por mostrar un pezón. "Censuran uno femenino pero no uno masculino", se queja. Finalmente, 5.000 firmas recogidas en tres días le ayudaron a desbloquear la cuenta y a poder continuar dando visibilidad a la forma primigenia de alimentar a los hijos, "porque somos mamíferos".

Compartir el artículo

stats