El cada vez menos desconocido Bosque de Colón dejará pronto de pasar al ostracismo para convertirse en un reclamo turístico más de Poio. Con una mínima inversión inferior a los 3.000 euros destinados a carteles indicativos e informativos del lugar, el concello espera atraer un mayor número de visitantes a esta joya oculta de su geografía.
Tras poner en valor lugarse como A Seca o la ruta de los molinos de Samieira, las 2.2 hectáreas del montes do Castro, en Castrove, son el siguiente emplazamiento que desde Poio quieren potenciar y destacar en base a la interesante historia que hay detrás del lugar.
El Bosque de Colón o Bosque de las secuoyas de Poio surgió en el año 1992, fecha en la que se cumplió el quinto centenario del descubrimiento de América. Para celebrar esta importante fecha en la que el "ilustre vecino Cristóbal Colón" fue protagonista del descubrimiento, en Poio se decidió plantar nada menos que 500 secuoyas. Este árbol es el ser vivo más alto y longevo del planeta, su altura puede sobrepasar los 100 metros y vivir por más de dos milenios. El homenaje a los Estados Unidos es completo al ser este un árbol originario de la zona de California.
La comunidad de montes de San Xoán de Poio es la propietaria de este vistoso espacio de naturaleza por el que cada vez son más los visitantes e incluso vecinos que piden información en las oficinas de turismo. Cabe decir que el próximo año 2017 será una fecha señalada para el lugar al cumplirse 25 años de vida de la plantación del medio millar de árboles plantados, de los cuales actualmente siguen en pie unos 450 al haberse adaptado a las características del suelo gallego. Este elevado número de ejemplares de secuoyas convierta a la plantación de Poio en la más importante de toda Europa en lo que a este ejemplar se refiere.
Para llevar a cabo todo el proceso de plantación de los árboles llegaron desde Estados Unidos un grupo de 30 estudiantes californianos que actuaron como asesores.
Con este paso al frente del concello por indicar y potenciar su "joya europea de la secuoya", se cumple una vieja demanda de comuneros y vecinos que reclamaban desde hace tiempo mayor información para visitar la zona al haberse topado ya con algunos visitantes desorientados que se encontraban en la búsqueda de este lugar.
Además del paseo por la zona arbolada y verde del bosque, los visitantes también podrán quedarse a comer o merendar por la zona al estar equipada con más de medio centenar de mesas de piedra que la convierten en un excelente merendero.
