La asociación Amencer-Aspace en Pontevedra, presidida por Carlos Godoy, es una de las que recibirán el reconocimiento por parte de Amigos de Pontevedra. La asociación, que cumple este año su 25 aniversario, ayuda a familias en las que uno de los miembros sufre parálisis cerebral.
- El próximo 13 de agosto recibirán el reconocimiento por su labor de parte de Amigos de Pontevedra, ¿de qué forma valora esta distinción?
- Sobre todo con una gran gratitud ya que es una muestra de valoración por parte de nuestros conciudadanos en la ciudad de Pontevedra que son en muchos casos personas que conocen de cerca el trabajo que realiza la asociación.
- ¿Cómo repercute en la asociación este tipo de reconocimiento?
- Es importante ya que en primer lugar es un respaldo a la labor callada y a veces muy dura que realizamos en la ciudad. Para todo el personal que trabaja en la entidad es una palmada en la espalda sin duda alguna. También ayuda a que la sociedad nos conozca y que otras familias con el mismo problema sepan de la existencia de esta entidad que puede aportarles algún tipo de solución y una mejora en sus vidas.
- ¿Cuál fue exactamente el germen que lo motivó a crear la asociación aquí en Pontevedra?
- La asociación comenzó con la reunión de tres familias pontevedresas, una de ellas la mía, que no nos conocíamos directamente. Con el diagnóstico de la patología te suceden un cúmulo de cosas que te impiden reaccionar y te hacen sentir perdido. Durante la reunión con las otras dos familias compartiendo nuestras experiencias llegamos a la conclusión de crear una infraestructura en Pontevedra que pudiera suplir lo que nosotros habíamos intentado buscar en otros lugares y este fue el comienzo.
-¿Y cómo se fueron dando estos primeros pasos?
- En un primer momento se crearon los estatutos y la asociación fue legalizada sobre el papel. El siguiente paso fue convocar una serie de familias que tras investigar nos enteramos que tenían el mismo problema que nosotros. Tras estos primeros contactos llegamos a ser unas 25 familias asociadas.
- Tras 25 años de actividad ¿cómo es Amencer-Aspace Pontevedra en la actualidad?
- En este momento ya hemos creado una base solida con 130 familias asociadas y con 50 trabajadores repartidas entre los tres diferentes centros físicos de la asociación. También estamos estudiando la posibilidad de abrir un cuarto en Vigo. Estamos en un fase de consolidación importante y esperamos que las cosas sigan yendo a mejor los próximos años.
- ¿De qué modo ayuda la labor de la asociación a mejorar la calidad vida de las familias?
- La patología que nosotros tratamos es muy dura por lo que el hecho de tener un grupo de apoyo y también de profesionales que puedan realizar un tratamiento interdisciplinar marca un antes y un después en la vida de estas familias.
- ¿Cuáles son los aspectos de la vida de las personas con parálisis cerebral en los que más se incide?
- El primer servicio con el que contamos es un servicio de atención temprana para menores de 3 años. A partir de esa edad los niños pueden incorporarse a los centros educativos adaptados de la asociación. En parte de los casos los profesionales se inclinan por la opción combinada de centro escolar ordinario y centro de la asociación. En este caso los niños se reparten los días de la semana para acudir a uno y a otro. También tenemos casos de niños con características más benignas que se escolarizan sólo en centros ordinarios con algún tipo de apoyo. Con el fin de la edad escolar a los 21 años pasarían a los dos centros de día de los que dispone la asociación. Una parte de los muchachos realiza actividades para facilitar su integración en la sociedad.
- Usted ha estado al frente de la asociación desde su creación en 1991, ¿cómo le ha repercutido este cargo a nivel personal?
- Esta asociación es de alguna manera un hijo más. No es un trabajo agobiante pero sí te da muchas satisfacciones como es el caso de este reconocimiento y en otras ocasiones te causa disgustos cuando gestiones en las que has dedicado mucho tiempo y esfuerzo y finalmente no fructifican. Desde el inicio yo pude ponerme al frente por que tenía un horario más elástico que el de otras familias ya que me dedicaba a la enseñanza. Siempre traté de dedicar al menos un día a la semana para dedicarlo a las gestiones de la asociación.
