El sector del mar de la ría acaba de cerrar el primer semestre del año con un positivo balance en cuanto a ventas e ingresos. Al menos así se desprende de los datos conjuntos de subastas en las cuatro lonjas que operan en la comarca: Campelo (Poio), Marín, Pontevedra y Portonovo (Sanxenxo). Las cuatro suman hasta el 30 de junio una facturación de 3.624.573 euros, lo que supone ya un 15% más de ingresos que en el primer semestre de 2015, según los datos de la plataforma pescadegalicia.gal de la Consellería do Mar. Este crecimiento está capitaneado en buena parte por la rula de Campelo, que ha crecido en este periodo un 56%, gracias en su mayor parte a la almeja japónica, cuyas ventas ya superan los 88.000 kilogramos.

Esos 3,6 millones de euros corresponden a la venta directa en las rulas de 1.973 toneladas de pescado y marisco a lo largo de estos seis meses, una cifra básicamente igual a la de 2015 (cuando fueron 1.940 toneladas), pero el balance de la Xunta pone de manifiesto un aumento en los precios medios, lo que permite este crecimiento global.

Evolución desigual

En todo caso, en un análisis por lonjas se observa una evolución desigual. Las de Pontevedra y Portonovo presentan un balance peor que doce meses atrás. En el primer caso, la subasta de la capital está sumida en esa tendencia a la baja desde hace años y entre enero y junio de 2016 apenas acumula, según pescadegalicia.gal, 1.305 kilos de mariscos y pescados, con unos ingresos de 14.514 euros, un 36% menos que en el mismo periodo del año anterior. El camarón y la centolla siguen siendo sus productos estrella, con 500 kilos del primero en el primer semestre y 650 del segundo. Ambos suponen unos ingresos de 13.140 euros, el 90% de la facturación total de esta pequeña rula capitalina, ubicada en el Mercado.

Al respecto, el gobierno local bajara su cambio de ubicación, para situarla en la planta baja, ya que ahora se desarrolla en un privilegiado espacio del primer piso, con vistas al río Lérez, que se quiere aprovechar, junto con toda la planta, para otros usos que atraigan público a la Plaza.

El descenso en la rula de Portonovo es mucho menos acusado, de apenas un 2% de caída en la facturación. Aún así, roza el millón de euros (993.000 euros), apenas 25.000 menos que hace un año. De hecho, es, con diferencia, el recinto que más productos mueve de los cuatro de la comarca. Hasta ahora ya suma 1.151 toneladas, lo que supone casi el 60% de toda la actividad de venta en la ría. Ahora está inmensa, además, en una de las épocas de más actividad, la del verano, cuando estas subastas, además de un foco económico, se convierten en un atractivo turístico. Para ello, las instalaciones fueron remodeladas en su día, de modo que los visitantes pueden observar las subasta a través de un pasillo acristalado que ordena las visitas y mejoras las condiciones higiénicas. Boga, navaja, merluza y xarda pintada son algunas de las especies más habituales. Por su parte, se vendieron 90 toneladas de sardina, con unos ingresos de 103.000 euros.

Por su parte, la lonja de Marín experimenta una mejoría, del 10%, no excesiva pero sí significativa si se tiene en cuenta que este recinto también sufre un declive desde hace tiempo. Por el momento ya roza los 700.000 kilos y 1,6 millones de ingresos, lo que la sitúa a la cabeza de la ría en este último apartado. La merluza y el rapante son las especies que generaron más ingresos (algo menos de medio millón de euros conjuntamente) pero también destacan el choco, la faneca o la pota, entre otros.

Marisqueo

Pero si hay una lonja que puede presumir este año de buenos resultados es la de Campelo, en Poio. Pese a que este ejercicio, al igual que los anteriores, está marcado por los cierres periódicos de los bancos marisqueros y los episodios de contaminación que no acaban de resolverse, el sector del fondo de la ría, tanto a pie como a flote, ha alcanzado en su subasta poiense unos ingresos de 1.033.000 euros con la venta de 121 toneladas de producto, lo que supone una mejoría del 56% con respecto al primer semestre de 2015. Y es la almeja japónica la que concentra este aumento. Los 37.000 kilos del pasado año (por importe de 200.000 euros), han pasado ahora a más de 88.000, valorados en 705.000 euros. Este aumento de las capturas puede estar relacionado con la subida de su valor, ya que el precio medio de 5,4 euros del pasado año se elevó ahora a casi ocho euros.

Por detrás de la japónica, en número de kilos vendidos de enero a junio, no aparece otro bivalvo, sino el choco, con 14.000 kilos. Pero sí se sitúa la almeja fina en segundo lugar en materia de ingresos. Con menos de seis toneladas vendidas, se alcanza una facturación de 159.000 euros en este primer semestre, a casi 27 euros por kilo. Hace un año, esta misma variedad ya acumulaba el triple de capturas que ahora (16.000 kilos), con 325.000 euros de ingresos, aunque su precio medio era mucho menos, de veinte euros.