Como cada año durante el verano, el embalse del Pontillón se mantiene cerrado como fuente de abastecimiento doméstico con el fin de preservar sus reservas para septiembre y octubre, cuando el río Lérez presenta los peores niveles de agua del Lérez y suele carecer de caudal suficiente. Es entonces cuando se echa mano del Pontillón. Por el momento la ciudad solo se surte del río y el resto del año se comparte con un embalse que se encuentra al 97% de su capacidad total.