Satisfacción y prudencia. Ambas sensaciones podrían resumir a la perfección el sentimiento que ha generado entre los colectivos de la sanidad pública el acuerdo firmado el pasado martes entre la Xunta, el Sergas y el Concello de Pontevedra para la ampliación del hospital de Montecelo, que supondrá la creación de un nuevo edificio unido al actual. A la celebración del pacto se une la cautela por parte de los médicos y enfermeros, especialmente en lo relativo al carácter cien por cien público del nuevo hospital.
El acto parece haber puesto fin a siete años de desacuerdo entre administraciones, a la vez que da respuesta a una demanda reclamada insistentemente tanto por el sector como por la sociedad en general. El encuentro entre el presidente de la Xunta, el conselleiro de Sanidade y el alcalde de la ciudad avanzó algunos datos, como que se espera que Gran Montecelo se comience a construir en 2019, que contará con 700 camas y que centralizará las Urgencias, la UCI, los ingresos hospitalarios y las especialidades más complejas.
"Estamos contentos porque se ha producido un acuerdo entre administraciones y porque, de una vez por todas, parece que hay un proyecto y una voluntad política fuerte de hacer un hospital único en Pontevedra, pero la desconfianza existe porque en 2010 también se nos dijo que el proyecto de Monte Carrasco no tenía marcha atrás y, sin embargo, por las circunstancias que fueran, aquello no llegó a buen puerto", aseguraba ayer Luis Campos Villarino, presidente del Colegio Oficial de Médicos de Pontevedra.
"El Colegio siempre reivindicó la necesidad de contar con un hospital público para Pontevedra construido en base a una realidad arquitectónica aceptable", recalca valorando la construcción de un edificio unido al que ya existe en Montecelo.
El doctor insiste en que este nuevo hospital, que debe ser adecuado a la población a la que atiende, "requiere un nuevo plan funcional, ambicioso y con algo que el Colegio siempre solicitó: que se dotará al centro de los servicios asistenciales que tienen los hospitales de Lugo y Ourense, porque el área de Pontevedra no puede ser menos". En este sentido, Campos se refiere a las unidades de Hemodinámica, Radioterapia, Medicina Nuclear y Neurocirugía. "Hay otras que habría que valorar en base a un índice de frecuencia", subraya.
El carácter cien por cien público de Gran Montecelo es una de las preocupaciones del Colegio de Médicos de Pontevedra. "Estamos reclamando desde hace tiempo que el hospital Álvaro Cunqueiro de Vigo sea público en su totalidad. No hay más que ver las deficiencias que hay allí y que se deben a una fórmula de doble gestión. Es un modelo que ha demostrado su fracaso", critica.
En este sentido, reconoce que de haber salido adelante el proyecto de Monte Carrasco, probablemente el área sanitaria de Pontevedra estaría viviendo actualmente los problemas con los que se encuentra la de Vigo. "Todo esto viene a demostrar que tanto nosotros como otros colectivos teníamos razón".
Respecto al reparto de servicios, Luis Campos asegura que todavía es pronto para valorar las propuestas del Sergas e insiste en que lo prioritario ahora es "trabajar en un plan funcional". Eso sí, considera que el Hospital Provincial debe ser adecuado a los usos sanitarios que pueda albergar, dada la antigüedad del edificio.
"Se quedaba obsoleto"
Carmen Revenga, del Sindicato Médico Profesional de Pontevedra, también considera que el acuerdo ha sido muy positivo, ya que el actual edificio de Montecelo "se está quedando obsoleto". "Nos parece genial que construyan un hospital al lado, siempre y cuando la financiación sea pública al cien por cien", explica la doctora, que recuerda que el sindicato era contrario a la opción de Monte Carrasco. "Nunca vamos a apoyar opciones como el Álvaro Cunqueiro, que nos está saliendo carísimo", subraya.
"Pontevedra se merece algo serio y cien por cien público", dice.
En la misma línea se manifiesta, Carmen García, del Sindicato de Enfermería Satse, que asegura que "el acuerdo es estupendo, siempre y cuando se cumpla lo que se ha firmado". "La intención política está ahí y es la primera vez que vemos este gesto después de muchos años", recalca.
La enfermera insiste en que "damos por supuesto que la financiación tiene que ser pública, así como la prestación, para que no sea un engendro como estamos viendo en Vigo". "Es una mejora para el centro sanitario y la población y tiene que hacerse con los recursos propios de la administración pública. Si se inventan otra fórmula, será una sorpresa desagradable que no compartimos", concluye.
