Hasta hace poco el gobierno local giraba las tasas de saneamiento a todas las casas del rural próximas a la red de saneamiento, estuvieran o no conectadas, pero varias quejas de afectados y diversas resoluciones del Tribunal Económico-Administrativo (TEA) municipal obligaron finalmente el BNG a rectificar este polémico cobro, una práctica que el PP llegó a calificar de "timo" porque incluso se aplicó con efectos retroactivos, cobrando por los cuatro años anteriores.

El TEA municipal varias resoluciones en las que anulaba algunos de los citados atrasos porque el Concello no había comunicado oficialmente a los vecinos que tenían la obligación de conectarse. Lo hacía la empresa adjudicataria del servicio, una vía que se consideró inadecuada y, por tanto, causa de las anulaciones de recibos. Con la segunda fase de inspecciones en Bora, Canicouva, Marcón, Pontesampaio, Santa María y San Andrés de Xeve, Salcedo y Tomeza se introducen notables variaciones con respecto a la primera tanda. Así, se suprimen los efectos retroactivos y no se cobrarán atrasos de los últimos cuatro años; y también se acuerda que no será la empresa adjudicataria la que avisará de la obligación de conectarse al alcantarillado, sino el servicio municipal de Disciplina. Todo comenzó a finales de 2015,

Pese a que ahora se rectifica aquel procedimiento, lo que viene a admitir implícitamente que no era correcto, el gobierno local descartó devolver de oficio las tasas cobradas con efectos retroactivos, con efectos retroactivos. El gobierno local siempre justificó el cobro de estas tasas en "el "principio de equidad fiscal" porque "debe pagar todo el que reciba el servicio y el que esté en condiciones de recibirlo previa comunicación oficial, porque es obligatorio conectarse siempre que sea posible".