El conocido como mejor amigo del hombre fue el protagonista de buena parte de las actuaciones de ayer del servicio de Emerxencias Sanxenxo, que efectuó dos salidas en las que la finalidad fue dejar a buen recaudo a dos perros.
La primera de ellas tuvo lugar por la mañana en la parroquia de Madriñán. Allí, un can de tamaño mediano se cayó accidentalmente a un pozo, que se encontraba en la finca de la casa familiar. Fueron los propietarios del animal los que se pusieron en contacto con el servicio de emergencias sanxenxino, que envió un equipo formado por cuatro efectivos. Uno de ellos se dejó descolgar con un arnés hasta el interior del pozo, que tenía unos ocho metros de profundidad y que, afortunadamente, se encontraba vacío en ese momento, ya que podría haber provocado el ahogamiento del perro. El efectivo puso alrededor del cuerpo del animal otro arnés, con el que pudo ser sacado al exterior, donde se reunió con su familia.
La otra historia con final feliz protagonizada por un perro fue la que tuvo lugar en el interior de un coche ya por la tarde. En esta ocasión, quien ponía en peligro la integridad física del animal era el calor, ya que la jornada, al igual que todas las precedentes, dejó temperaturas en Sanxenxo superiores a los 30 grados, que dentro de los vehículos a pleno sol se pueden elevar notablemente.
La situación del perro, de raza bichón y tamaño pequeño, fue conocida por Emerxencias Sanxenxo y la Policía Local. El animal se encontraba solo en el interior de un coche del que su propietario había dejado una pequeña abertura de una de las ventanillas. Debido al riesgo que podía correr por las altas temperaturas, se procedió a sacarlo al exterior del vehículo.
Los veterinarios advierten de que los golpes de calor pueden provocar en poco más de 10 minutos daños en el cerebro de un perro o los pulmones y en menos de 20 minutos, las consecuencias pueden ser mortales.
