El Sexto Edificio del Museo fue escenario esta semana del curso "Escrito en la piedra: el legado arqueológico del Antiguo Egipto". Entre los ponentes, Francisco Martín-Valentín, director con Teresa Bedman de la misión arqueológica española en Egipto.
-¿Qué es la misión arqueológica española en Egipto?
-Es una misión del Instituto de Estudios del Antiguo Egipto, le llamamos también misión española en Deir el Bahari, porque así se llama la zona en la que investigamos. Es una misión de ese instituto que es una institución privada pero todos sus proyectos están financiados y apoyados por entidades públicas, no es una iniciativa particular en el sentido en que se podría entender. Hacemos trabajos de campo en Egipto desde el año 2000, excavamos, y también tenemos actividades docentes en la universidad y de investigación, somos una institución que impulsa de manera muy severa y fuerte la egiptología en España y fuera de España. Desarrollamos labores distintas, desde la organización de exposiciones arqueológicas como la que se pudo ver en Pontevedra hace año y medio o la investigación de campo en excavaciones o la docencia en la universidad y tantas otras cosas que tienen como objetivo poner a España en la medida de nuestras posibilidades en el lugar que creemos que le corresponde en la egiptología.
-¿Qué resultados ha obtenido la campaña durante el pasado año?
-La campaña de 2015 se desarrolló fundamentalmente en el patio de la tumba, recuerdo a los lectores que nuestra tumba, que es la número 29 de una zona en el banco occidental de Luxor, al otro lado del río, es la más grande del periodo correspondiente al que estamos excavando, la dinastía décimo octava, hacia 1.360 años antes de Cristo. Tiene como 1.000 metros cuadrados de superficie, la mitad de ellos de una capilla ya excavada totalmente en campañas anteriores, y ahora estamos en el patio al aire libre. Y ahí hemos estado desenterrando y excavando por parcelas, por cuadrículas, en la parte pegada a la fachada de la capilla. Lo que estamos buscamos concretamente es poner el lugar en el sitio adecuado, restaurado, para hacerlo visitable en su día, pero como ha sido objeto de mucha ocupación lo que descubrimos son los restos de la vida que ha tenido el monumento desde 1.360 antes de Cristo hasta prácticamente el siglo cuarto antes de Cristo.
-¿Por qué es tan importante la tumba del Visir Amen-Hotep Huy?
-Es tan importante efectivamente porque perteneció a un gobernador, un visir del sur que era el primer ministro del faraón Amenhotep III, que fue el padre de Akhenatón, el que dicen que inventó el monoteísmo y el de la revolución amarniense etc. El periodo es muy importante y muy oscuro y además en el año 2013 descubrimos una serie de inscripciones en cuatro columnas que demuestran que ambos reyes reinaron juntos, y esto ha creado nuevas expectativas por ejemplo para la investigación de quién pudo ser el padre de Tutankamón, del que todo el mundo ha oído hablar, y también otra serie de cuestiones que interesan mucho a la egiptología. El sitio es muy importante porque aporta información que hasta ahora no existía en los libros porque nunca se había excavado esta tumba y porque el periodo al que corresponde fue de gran oscuridad de Tebas, que era la gran capital del sur cuando sucedió esta revolución.
-¿Qué se espera de la investigación?
-El patio está integrado por gran cantidad de tumbas de periodos posteriores porque 400 o 500 años después de la época del visir, es decir hacia el año 1.000 antes de Cristo, aquel lugar fue considerado por los descendientes, por la gente de Tebas, como un lugar sagrado, muy específico, y fue utilizado como espacio de enterramiento de personas que integraban el alto clero del dios Amón de Tebas, un dios todopoderoso en aquella época. Y en 2015 descubrimos un enterramiento intacto de un sacerdote que estuvo sirviendo en el templo de Karnak y que tuvo un papel importante en cuestiones interiores del templo dios Amón Ra y nos ha dado mucha información porque es una tumba intacta. Se encuentran muchos sarcófagos y muchos restos violados, pero encontrar una tumba intacta es muy difícil en Egipto, y nosotros hemos tenido esa fortuna.
-¿La cultura del Antiguo Egipto sigue viva en nosotros?
-No hay ninguna duda de ello, si uno comenta con cualquiera en la calle el Egipto faraónico la respuesta de todos es qué interesante, nadie rechaza el tema, y es porque aún en las personas que no tienen conciencia o conocimiento profundo del tema hay algo instintivo que nos confirma que el Antiguo Egipto está en nuestras raíces y sigue vivo en nosotros. Lo hablaba en el ciclo de conferencias que celebramos en el Museo, que el título del programa "Escrito en la piedra" es propio de Galicia porque basta visitar un parque arqueológico gallego para comprobarlo, pero es que además por ejemplo aquí hay muchas Isauras de nombre, que es Isis Áurea, que se la adoró en época de Roma porque llegó hasta estas tierras desde Egipto. También es conocido en Galicia el nombre Onofre, que es un epíteto del dios Osiris, y como esto tantas cosas, por ejemplo la iconografía de Santiago Matamoros, que es una iconografía del dios Horus que, vestido de legionario, alancea a un ser maléfico, en este caso el dios Set, aquí se pone otra iconografía pero sirve para transmitir unas ideas concretas a la gente y es muy propia de nuestra cultura, lo tenemos muy cercano, mucho más de lo que podemos pensar. Y antes de que acabemos: su nombre, Susana, es egipcio y quiere decir la flor de loto, hasta ese punto Egipto sigue vivo en usted, como lo hace en todos nosotros.
