La Dirección Xeral de Patrimonio Histórico de la Consellería de Cultura ha remitido, dos años después de solicitarlo, un informe al Concello en el que aclara los criterios que deben seguir los técnicos municipales para otorgar licencias de obras menores en zonas protegidas, en edificios situados cerca de monumentos de Interés Cultural y otras situaciones parecidas.

En general, este departamento de la Xunta "suaviza" las exigencias para trabajos de menor entidad, como cambiar los muebles de una cocina o las piezas de un baño, siempre que no afecten a la estructura, las fachadas, el aspecto exterior u otros elementos protegidos. De hecho, no será necesario solicitar la autorización previa de Patrimonio, lo que agiliza el proceso, según explicó ayer la concejala de Urbanismo, Carmen da Silva.

Además, en el ámbito urbano y en los núcleos rurales, a partir del 16 de agosto, con la nueva ley de Patrimonio Histórico, la distancia en la que será obligatoria la cautela arqueológica se reduce de 200 a 50 metros.