Utilizado por la Brilat en misiones de reconocimiento y vigilancia por primera vez durante su misión en Afganistán, el "RQ-11 Raven" es un avión no tripulado con capacidad para cubrir un perímetro de diez kilómetros.

Está impulsado con un motor eléctrico y despega impulsado por el brazo de un militar de la Brilat. Vuela a una altura de entre 35 y 350 metros de altura y tiene una autonomía de 90 minutos con una batería que puede ser reemplazable de inmediato. El Raven puede ser tanto controlado remotamente como volar de forma autónoma usando navegación GPS.

Este aparato permite vigilar grandes superficies de terreno para comprobar la existencia de fuego o pequeños conatos o incluso podría ser capaz de realizar un seguimiento con facilidad a personas o vehículos sospechosos de haber participado en el inicio de algún incendio forestal a la espera de la llegada de las fuerzas de seguridad o dando indicaciones a las mismas para su localización. Aunque tiene capacidad para volar de noche, al estar dotado con una cámara de infrarrojos, el comandante Iglesias reconoció que es probable que los vuelos nocturnos sean los menos dado que el fuego es "muy fácilmente detectable" en la oscuridad, como es lógico.

Las patrullas de la Brilat contarán con enlaces con la Xunta, así como con las autoridades de cada provincia para comunicar aquellas incidencias que puedan detectar. El pasado año alertaron de un total de 79 incendios y 68 conatos, además de 25 quemas de rastrojos que están prohibidas.