El sector de marisqueo a pie de la ría de Pontevedra amaneció ayer con la buena nueva de la apertura de la totalidad de la ría para el trabajo de recogida de moluscos infaunales (almeja, berberecho, navaja).

En la noche del pasado martes el Instituto Tecnolóxico para o Control do Medio Mariño de Galicia (Intecmar) anunció la reapertura de la Zona V, ubicada en la desembocadura del Lérez y que era la última que permanecía cerrada después de que se decretase el pasado sábado el levantamiento del cierre cautelar en la zona IV, aguas afuera de la Illa de Tambo y de la clausura de la III, situada a continuación hacia el mar. Esta noticia entra dentro de lo esperado ya que la buena nueva del pasado fin de semana hacía presagiar una apertura total de la ría (a excepción de las bateas) a corto plazo .

Esta última zona era de gran importancia para el sector de a pie ya que es donde se concentran buena parte de los bancos donde trabajan los mariscadores de Poio y Pontevedra. La noticia permitirá a los mariscadoras acudir ya el próximo viernes a faenar de forma habitual para permitirles tratar de salvar lo que queda de mes después de un año complicado en el que la toxina ha impedido el trabajo una vez tras otras de forma intermitente.

Para el patrón mayor de la cofradía de Raxó, Iago Tomé, "ya pasaron bastantes días y eso a las mariscadoras les perjudica bastante porque hasta el viernes ellas no van a empezar y han perdido medio mes de trabajo ya. Este mes puede darse ya por perdido". Tomé espera que los precios del producto ayuden también a salvar la economía del sector, si bien reconoce que "la almeja japónica bajó algo de precio y la situación no es todo lo buena que debería ser. Aunque peor es estar cerrado". Actualmente permanecen abiertos al trabajo la mayor parte de las zonas de marisqueo a excepción de puntos concretos en Foz, Fisterra y Vigo.

Los últimos años están resultando especialmente demoledores para el sector del marisqueo a pie, a flote y el mejillonero que no consigue enlazar temporadas largas de trabajo debido a la amenaza de la marea roja, ante la que nada se puede hacer. En el recuerdo de muchas mariscadoras está presente 2014 y la primera mitad de 2015, con constantes cierres prolongados por la presencia de las toxinas, una amenaza siempre constante que forma parte de las preocupaciones de esta profesión.

En cuanto al sector de viveros flotantes, la situación es incluso peor al permanecer cerrada toda la Ría desde el pasado mes de marzo en las zonas de Cangas, Bueu y Portonovo debido a la presencia de toxicidad por lipofílicas, las más persistentes dentro de los tipo de biotoxinas.