Elena Gómez domina la escena. Se dirige a sus interlocutores con la gama de gestos necesarios para afianzar su discurso. Sorprende un tono tan tranquilo en una vida tan frenética. Desde el vértigo constante en que vive asegura haber aprendido a gestionar sus tiempos para poder atender a sus obligaciones profesionales y al tiempo conciliarlas con la vida en familia. Habla de cambios, innovación, revoluciones que serán una amenaza para quien no sepa verlas como oportunidad.
-¿Qué le ha llevado a amadrinar, con su presencia, el proyecto SmartPeme?
-La verdad es que no tengo mucho tiempo para ir a conferencias, pero Ignacio (Crespo, directivo de KPMG, empresa adjudicataria para la prestación de los servicios de SmartPeme) me llamó, me lo pidió, y yo nunca había venido a Pontevedra, además me gusta mucho ayudar a que se emprenda, que la Pymes se aprovechen de la economía digital. Por eso me animé.
-¿Entre sus colegas de la CEOE, mayoritariamente hombres, se habla de conciliación?
-No. No (ríe). Para ellos?, es que tienen que cambiar. Son las generaciones que vienen las que van a cambiar las cosas y ya se están dando cuenta. Yo lo veo por mis hijos, que les apetecerá disfrutar, también a los hombres, de sus hijos, porque son momentos que pasan por la vida y no vuelven. Además, ellos, mis hijos, ya ven que es posible. Puedes tener una vida profesional muy plena y a la vez buscar momentos con tus hijos.
-Y del llamado "techo de cristal" que frena el crecimiento profesional de las mujeres ¿tampoco se habla en la CEOE?
-Nada ¡Qué va! Les importa poco.
-A menudo se refiere a la importancia de la gestión del talento y la flexibilidad algo que a veces se marca entre las carencias del empresario español ¿Cree que las "start ups" vienen a cambiar el ideario de la empresa en España?
-Sí, porque no solo las "start ups", sino todas las nuevas empresas de nueva creación que no son tecnológicas, pertenecen ya a otro mundo. Antes todo era un sistema de empresarios, en el que el empresario era, además, el malo y el trabajador el explotado. Esto ya no sirve. Los organigramas en las empresas tienden a desaparecer. Al final, el empresario o fundador de la empresa ha de ser el líder que marca la estrategia, sí, pero sobre todo debe ser el pegamento que une a todo el equipo. Esa debe ser su misión, que todo fluya y esa no es la idea que se tenía del empresario hace unos años.
-Muchos expertos señalan que el futuro es un mundo sin dinero físico, en el que el dinero no pasa por las manos, no se toca ¿Cree que vamos hacia ahí? Y si es así ¿cuánto tardará en llegar?
-Es una tendencia. Gran parte del dinero físico ya se ha evaporado con el uso de las tarjetas, pero cuando podamos pagar todo con nuestro móvil será fácil que desaparezca más. De todos modos, yo creo que el "cash" va a ser necesario aún durante muchos años. Hay operaciones pequeñas de las que, a lo mejor, no queremos que se entere siempre nuestro banco o quien sea, como por ejemplo si me compro algo de ropa. Tampoco tiene que resultar que estemos absolutamente controlados en todo.
