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Las obras en la PO-531 doblan la duración del trayecto entre Vilagarcía y Pontevedra

La carretera, a su paso por Curro, fue escenario ayer de retenciones kilómetricas que causaron hasta media hora de retraso

Una larga caravana formada a la salida del nudo de Curro, en Barro. // Noé Parga

Las obras de asfaltado de la PO-531 entre Vilagarcía y Pontevedra provocaron ayer, de nuevo, importantes retenciones en este vial haciendo que el trayecto entre la tercera ciudad de la provincia y la capital durase el doble de lo que es habitual. En la mañana de ayer, entre las nueve y media y las once horas aproximadamente, realizar el recorrido entre estas dos ciudades llevó a los conductores cerca de una hora, cuando lo habitual es que se realice este recorrido en la mitad de tiempo.

La razón de que las caravanas de los últimos días estén siendo más intensas que al inicio de las obras es que la maquinaria pesada y las labores de asfaltado se están aproximando a un punto crítico para el tráfico rodado como es el macronudo de Curro. La problemática es especialmente intensa para los conductores que realizan el recorrido en dirección a Pontevedra, dado que el vial en este punto suma al intenso tráfico que proviene de Vilagarcía y alrededores a un gran número de vehículos que se incorporan a la PO-531 procedentes de la autovía de O Salnés. La caravana era bastante más pequeña para los vehículos que circulaban en dirección opuesta, hacia Vilagarcía.

Minutos antes de la diez de la mañana, el conductor se encontraba con el atasco nada más salir de la macrorrotonda del nudo de Curro. Allí, los coches que intentaban acceder a la PO-531 procedentes de la autovía de O Salnés también se encontraban con el embotellamiento. Los vehículos avanzaban lentamente a medida que los operarios iban dando paso alternativamente a los vehículos en una y otra dirección mientras mantenían un carril cortado por las obras. El atasco llegaba desde el nudo de Curro al lugar en el que se ejecutaban las obras varios kilómetros más adelante en el lugar de Bretoña, a la altura de la antigua fábrica de puertas Comercial Vilanova, cerrada desde que sufrió un incendio.

Además, la ausencia de vías que comuniquen estas dos ciudades salvo la AP-9, que obliga a que los conductores se tengan que rascar el bolsillo, con el peaje, provoca que no haya muchas alternativas para evitar las obras.

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