-El tipo de política criminal lo tienen que decidir los políticos, porque se suele obviar que la política criminal es política y además es de las políticas importantes. No es una política de administración, a veces se nos presenta como una política que es evidente: el delito hay que combatirlo y ya está y no hay mucho más que discutir. Y creo que lo que la criminología, una vez que los políticos decidan cuál es el objetivo de la política criminal, puede aportar son los criterios y medios más efectivos para evitar incurrir en errores. Por ejemplo si queremos reducir la delincuencia hoy se sabe que el mejor medio a medio plazo no es encerrar a mucha gente, porque luego sale a la calle y tiene muchas dificultades de inserción laboral, han pasado tiempo en prisión, se ha perjudicado a sus familias etc, sino que hay otras medidas como la mediación penal o los trabajos para la comunidad que presentan tasas de reincidencia más bajas, tienen menos efectos dañinos etc. O si se decide que se quiere reducir la inseguridad no parece que lo más eficiente sea contratar más policías, porque ya tenemos más que otros países y además tenemos menos delincuencia, así que tendremos que buscar otra manera.