El próximo domingo se cumple un año desde que Carmela Silva fue investida presidenta de la Diputación de Pontevedra haciendo historia por partida doble: por primera vez en los 35 años de esta institución se desbancaba del mando a la derecha y, también por primera vez, lo asumía una mujer. En este aniversario, la socialista se siente "satisfecha" por los "tantos" cambios introducidos en "tan poco tiempo". Afirma que la Administración provincial ha eliminado su imagen clientelar, se ha acercado a los concellos y ha hecho "justicia" con Vigo.
-Asumió el cargo con la intención de dar un cambio de 180º a la Diputación. ¿Cuántos grados logró girar en este primer año?
-Los 180.
-¿En qué sentido?
-En todos. Hemos cambiado su imagen. Ya no es clientelar ni caciquil y se trabaja en equipo. Hemos cambiado las políticas. No nos centramos en las que dan réditos personales o partidarios, sino en las que mejoran la calidad de vida de los pontevedreses de los 62 ayuntamientos y no sólo de los que gobiernan alcaldes de la misma línea.
-De las medidas tomadas, ¿de cuál se siente más orgullosa?
-De que la Diputación es una administración cercana a los ayuntamientos, que los trata con equidad y con respeto, que preserva su autonomía y que tiene un proyecto para todos. Un modelo radicalmente distinto al anterior, al del PP.
-¿Se nota en algo que la presidenta es una mujer?
-En todo. Es una de las cuestiones más visibles y uno de mis grandes orgullos. Es la primera vez que la Diputación tiene un área de igualdad y lo impregna todo. Hay muchísimas iniciativas para visibilizar a las mujeres, como Cinema Muller. Hacemos una labor muy importante contra la violencia de género, hemos creado una escuela de igualdad en Soutomaior, usamos un lenguaje inclusivo... Me califico como feminista, con enorme orgullo.
-Y en un ejercicio de autocrítica, ¿qué error ha cometido?
-Soy una persona humilde, que asume sus errores, pero hemos trabajado tanto para modificar un modelo político anclado en el pasado y caciquil, que creo que no hemos tenido tiempo de cometer errores. Cambiamos tanto en tan poco tiempo que solo siento satisfacción. No se me ocurre que más cosas se pueden cambiar en un año.
-Su trayectoria se ha desarrollado en el Congreso, el Senado y una gran ciudad. ¿Ha cambiado su percepción de la política al tratar con los pequeños municipios?
-No, porque siempre he tenido la visión de la local como la gran política. Llevar muchas áreas en esta ciudad me llevó a la política de cercanía, a entender las demandas reales de la ciudadanía y eso no es distinto en los pequeños. La diferencia es que los grandes tienen recursos para transformar la vida de la gente y los pequeños tienen escasez de todo. ¿Qué me ha aportado a mí la Diputación? Entender que los pequeños necesitan el apoyo de las administraciones para poder garantizar los servicios básicos.
-¿Cuál es su concepto ahora de los alcaldes populares? ¿También ve las prácticas "caciquiles" que denuncia en la Diputación?
-Hay de todo: alcaldes del PP volcados en mejorar la vida de la gente y otros que siguen el modelo del PP, sin criterios justos de reparto de recursos y que usan las instituciones para mantener el poder partidario. Tuve claro desde el principio que haríamos política para los 62 y que no íbamos a favorecer a unos y debilitar a otros. Trato a todos igual, aunque es cierto que es muy difícil mantener vías de diálogo con alguno. Mi relación con la mayoría de los alcaldes de todos los grupos es de respeto absoluto. Son muy escasas las confrontaciones totales. La Diputación está dedicándole más recursos a los otros 61 ayuntamientos. ¿Qué se hacía con el dinero en el anterior gobierno?
-¿Qué es lo que cree usted?
-Debería contestar el PP. LLevo un año preguntándoles. El presupuesto es prácticamente el mismo, unos 153 millones. Pero, además, todos los proyectos que desarrollaron son un desastre. Nos hemos encontrado con fondos europeos en los que el Gobierno de España ha encontrado un montón de irregularidades y tenemos que devolver 10 millones. Las infraestructuras que desarrollaron tienen enormes problemas: construcciones sin licencia, en suelos que no le pertenece a la Diputación...
-¿De qué los acusa? ¿De mala gestión o de algún delito?
-Los acuso de una terrible gestión, de irregularidades graves, pero no soy juez. Son apreciaciones políticas basadas en datos rigurosos. No califico si son penales o administrativas. Le corresponde a otros.
-La Fiscalía acaba de archivar la denuncia. ¿Piensa dar algún paso más en estas denuncias?
-Vamos a esperar a la investigación del Tribunal de Cuentas. El Ministerio Público plantea que se detectan irregularidades administrativas, pero que en principio no pueden plantear que haya delito. Yo digo con lo que me encuentro porque no voy a asumir ninguna responsabilidad de la gestión de otros. Me sorprende mucho que no salgan a pedir perdón. Deberían, aunque sea en el nombre de otros.
-¿Prevé nuevos varapalos?
-Estoy segura de que no serán los últimos. No hay semana en la que no aparezca algún problema.
-¿Cuánto dinero pondrá sobre la mesa para Peinador?
-Lo estamos estudiando. Planteamos que sea un proyecto a tres años para desestacionalizar los vuelos nacionales y que estén presentes todo el año. Es para ya, para 2016. Antes de finalizar el verano. No puedo concretar las cifras. Las rutas saldrán, como siempre, a concurso desde el Ayuntamiento. Persigue promocionar el aeropuerto de Vigo, que es el de todo el sur de Galicia, que tiene que competir con el de Oporto, y beneficiará a la economía de toda la provincia.
-¿Qué competencias cederá la Diputación al área viguesa?
-Estoy esperando a que el presidente y el vicepresidente de la Xunta me lo cuenten. Estoy dispuesta a prestar todo el apoyo y los recursos de la Diputación para que el Área funcione bien, como sin duda ocurrirá, pero no sé qué competencias quieren que cedamos. Ese artículo lo redactaron ellos de forma unilateral. Tan pronto me lo diga, me pongo manos a la obra, porque esta Área también forma parte de mi alma. Haré todo lo que haya que hacer para que funcione.
-¿Hay alguna que se pueda ceder?
-No lo sé. La mayoría de las competencias son de los concellos, de las comunidades y del Gobierno de España. Las diputaciones, según la ley del PP, tienen que garantizar los servicios básicos, sobre todo, en los ayuntamientos de 20.000 habitantes. No sé de qué competencias habla Feijóo. A lo mejor no se sabe la ley.
-¿Y qué se puede hacer desde la Diputación más allá de la cesión de competencias?
-Hay muchas cosas que podemos hacer. Proyectos tanto culturales como deportivos o promover infraestructuras que afecten a varios ayuntamientos y que la Diputación aporte recursos. Repartimos muchos millones para abastecimiento, saneamiento y viales. Sumar sinergias permite hacer infraestructuras muy útiles ahorrando costes.
-Siempre ha dicho que la relación con el BNG es perfecta. ¿Sigue así? ¿Cuál es la clave?
-Todos hemos aprendido mucho de la historia de los acuerdos y tiene mucho que ver que tanto el BNG como el PSOE estábamos hartos de una Diputación gobernada de forma clientelar por el PP. Eso une mucho. También creo que las personas importan y tanto los cuatro del BNG como los 10 del PSOE somos gente con la que es fácil dialogar y consensuar. Se generaron sinergias en una relación de respeto, cordialidad y complicidad, con un proyecto común, que ayuda mucho.
