"Siempre hace mucho calor y este verano, como es más fuerte, más caluroso, esto es una asfixia. Acabas asado", se queja María Jesús de la Fuente, paciente del ambulatorio Virxe da Peregrina desde hace más de treinta años. "Antes, hace tres o cuatro años, había árboles y tapaban un poco el sol", añade otra paciente, Elvira Vidal, con quien María Jesús comparte asiento y comentarios sobre lo insoportable del calor. "Algo amparaba la sombra de los árboles, pero yo lo he vivido como usuaria durante 25 años en mis propias carnes y siempre ha hecho calor. Lo peor es para las personas mayores", señala preocupada una mujer en la planta primera.