Las colonias de palomas y gaviotas que habitan en el casco urbano se han convertido a lo largo de los años en el principal "quebradero de cabeza" de los hosteleros que disponen de terrazas en la calle. Esos animales "acechan" las mesas en busca de las sobras, y son abundantes los "robos" de comida y la rotura de vajilla. Por ello, en 2014 el Concello puso en marcha un plan de control de estas colonias, cuya tercera campaña está a punto de finalizar.

Los buenos resultados de las dos campañas anteriores motivó una ampliación para este verano con el fin de paliar la proliferación de palomas y gaviotas que ocasiona molestias a diario y supone también un riesgo de enfermedades. Los especialistas de la empresa Larus Control, la misma de los dos ejercicios anteriores, comenzaron su trabajo a finales de abril con la instalación de jaulas para la captura de palomas en los enclaves urbanos donde más abundan estos animales: A Ferrería, plaza de España y Montero Ríos. Y también se visitaron más de 300 tejados para la retirada de nidos y huevos de gaviota. Se optó por acudir a los mismos edificios del pasado año ya que estas aves suelen repetir los lugares donde anidan. En todo caso, también se atienden las peticiones que lleguen a la Concejalía de Sanidade Animal con quejas de personas con nidos en sus inmuebles.

Se eligieron como siempre los meses previos al verano porque es en esta época cuando se reproducen estas aves. De hecho, este año se adelantó una semana el inicio de los trabajos para evitar que al visitar los tejados los huevos hayan eclosionado ya y los nidos estén ocupados por los pollos, como ocurrió en 2014. No es posible, además, actuar contra los ejemplares adultos y con la eliminación de los huevos se consigue que, al menos, no crezcan las colonias.

En cuando a las palomas, la campaña incluyó la instalación de jaulas de captura en las plazas de España y Ferrería, ya que en este caso la eliminación de nidos es muy difícil al instalarlos en cornisas y fachadas de acceso muy complejo. En uno de sus censos realzado hace un par de años, llegaron a contabilizar, a las tres de la tarde, en una cornisa de A Ferrería, 284 ejemplares todos juntos. Al respecto de estas aves, los especialistas de Larus desaconsejan arrojar maíz al suelo para atraer a las palomas, ya que estas aves urbanas albergan parásitos como ácaros de los que se desprenden cada vez que aletean con fuerza, y "portan enfermedades que pueden ser graves para asmáticos y personas con problemas pulmonares".