La ordenanza municipal de evaluación de los edificios antiguos, implantada en abril de 2015 por el Concello para garantizar la seguridad integral de los inmuebles afecta este año al menos a 247 propiedades, en su mayor parte ejecutadas antes de 1953. Todos sus propietarios, en buena parte en el casco viejo, deberán presentar antes del 1 de enero próximo el certificado que garantice no solo el buen estado del edificio sino también el resultado de la inspección de sus servicios. El pasado año fueron 295 los inmuebles sujetos a esta ordenanza, si bien solo el 56% de los dueños cumplieron con el plazo establecido, de modo que a los 247 afectados en 2016 se unen otros 128 pendientes de 2015, si bien cualquiera puede realizar la inspección, con independencia del año de construcción de su propiedad.
El Concello comenzó hace algo más de dos meses a notificar a los implicados esta obligación, si bien se da por hecho que los certificados no comenzarán a llegar hasta después del verano. De los 247 casos de este año, casi el 60% (al menos 144 casos) corresponden al centro histórico, con calles donde abundan los registros, como Charino (9), Cousiño (8), Princesa (8), Michelena (7), Manuel Quiroga (6), Riestra (6), A Ponte (6), Sarmiento (6), A Ferrería (5) o Arzobispo Malvar (5), pero también hay casos en Maceda, Marqués de Aranda, San Nicolás, San Julián, Santa María, San Telmo, Alonso de Fonseca, García de la Riega, plaza de la Estrella, Sor Lucía, Tetuán, Figueroa, Formigueira, García Flórez, Isabel II, Leña, Méndez Núñez, Pedreira, Teucro, Violiña, Soportales, Alhóndiga o García Escudero, entre otras.
Resto de la ciudad
En el resto de la ciudad se ordena la inspección al menos a ochenta inmuebles en calles como las avenidas de Buenos Aires y A Coruña, Conde de Bugallal, Fernández Ladreda, Médico Ballina, Campo da Torre, Alfonso XIII, plaza de Galicia, Andrés Mellado, Andrés Muruais, Benito Corbal, Augusto González Besada, Blanco Porto, Cobián Roffignac, Pardo Bazán, Loureiro Crespo, Eduardo Pondal, Fray Juan de Navarrete, Irmáns Nodales, Joaquín Costa, Juan Bautista Andrade, Manuel Leiras Pulpeiro, Mariscal Pardo de Cela, Rúa Nova de Abaixo, Fernando Olmedo, Peregrina, Perfecto Feijoo, Otero Pedrayo, Santa Clara, Ramón Peña o A Seca. Por su parte, una veintena de inmuebles se ubican en el rural, pero solo en aquellos casos de edificios con varias viviendas, ya que las unifamiliares, las más abundantes en las parroquias, están sujetas a plazos distintos. En especial se emplaza a propietarios de Estribela, en Lourizán, donde abundan los inmuebles múltiples en su casco urbano. También se registran casos en Marcón, Salcedo, Mourente, Tomeza y Lérez, en lugares como Barcia, Casal, Casas Novas, Lusquiños, O Marco, Porto do Sol, A Ruibal, Santa Margarita, Sobral, Touceda o A Chamusca, entre otros.
En abril de 2015 entró en vigor la ordenanza municipal de Evaluación de los Edificios. Esta normativa establece diversos plazos, hasta 2018, para que los propietarios de edificios antiguos contraten a un técnico que analiza todas las características de los inmuebles y certifique, en su caso, su seguridad y sus condiciones de habitabilidad. La ordenanza comenzó en 2015 para las propiedades anteriores a 1943 y las inspecciones se activaron en su tramo final, un fenómeno que se repite ahora.
Este informe de Evaluación de los Edificios puede ser presentado por cualquier propietario (o comunidad) con independencia de la antigüedad ya que ese documento es preceptivo para obtener subvenciones públicas para obras de rehabilitación. Al mismo tiempo, el documento debe incluir el certificado de eficiencia energética de todas las viviendas y locales comerciales, necesario para operaciones de venta o alquiler y resulta más caro si cada propietario lo realiza individualmente.
La Evaluación de los Edificios se considera el método más eficaz para comprobar el estado no solo de la estructura o la cubierta, sino también de las instalaciones eléctricas, de aguas, gas y telecomunicaciones. La Ordenanza de Evaluación de los Edificios afecta a todos los inmuebles de más de 50 años de antigüedad o que vayan cumpliendo esa edad de forma paulatina. Deber realizarse también la revisiones periódicas cada 10 años una vez superada la primera inspección. Son exámenes únicamente visuales y solo en el caso de detectarse deficiencias puede ordenarse alguna prueba complementaria para determinar la gravedad. En caso de emitirse informe con recomendación de obras, los propietarios tienen dos meses para presentar la solicitud en el Concello y el incumplimiento supone la apertura de un procedimiento de disciplina urbanística por falta leve.
