Bajo el lema "A nosa casa, o mundo", la Asociación de Nais e Pais de Alumnos del CEIP Barcelos celebró ayer una fiesta multicultural en la que tomaron parte grandes y pequeños y que estuvo abierta al público en general y no solo a la comunidad educativa.

No es la primera vez que el Anpa O Galo organiza una fiesta de fin de curso, pero sí que lo hace en la calle. "Este año, como contábamos con la plaza de Barcelos remodelada, decidimos hacerla en el exterior, porque nuestra idea es sacar el colegio a la calle", explica Sonia Canay, portavoz del colectivo de madres y padres. "Somos un Anpa muy loca, pero lo que queremos es aprovechar este espacio", añade señalando la plaza.

Para ello, contaron con la colaboración tanto del Concello de Pontevedra como de la Diputación provincial.

El evento tuvo lugar en la nueva zona peatonalizada de la plaza, justo en la entrada principal del colegio. Allí, se instaló un escenario, en el que tuvieron lugar las actuaciones musicales y de magia. Así, los protagonistas fueron los propios alumnos, los mariachi Los Charros, el Omar Percussion Group y Javier Muro.

Además, simultáneamente, se proyectaron cortometrajes, se celebró un taller de caligrafía china, pintado de manos con henna y el ritual del te.

Pero, sin duda alguna, en lo que más participó el público en general fue en los juegos populares. La Asociación Galega do Xogo acercó a los participantes los de tiro al plato, el aro y la guía, los zancos, las botellas, la carrera de tortugas, la rana, el juego del 7 y el lanzamiento de boinas. "Son juegos para todas las edades. Lo más enriquecedor de todo esto es que en ocasiones les estás explicando a los niños cómo se toma parte y el abuelo o la abuela que le acompañan te cuentan que ya jugaban a eso en su infancia", asegura Anxela González, de la Asociación Galega do Xogo, "y que recuerdan que, por ejemplo, el del aro era conocido como el juego de los señoritos".

Entre los que más aceptación tuvieron entre el público en general destacaron el del tiro al plato, tradicional de Melide, y el de la carrera de tortugas. También el de la rana, "un juego que se usaba mucho en los pueblos para decidir quién pagaba la ronda".

Por la fiesta se dejaron caer, entre otros, la concelleira de Educación, Carmen Fouces, y el concelleiro de Mobilidade, Luis Bará, artífice del programa de peatonalización del centro de la ciudad. Este último también se animó, sin mucho éxito, a subirse a unos zancos de madera.