Los fondeos de pequeñas embarcaciones en arenales como A Granxa de Abaixo y el colindante de Raxó tienen sus días contados. Concretamente quince. Ese fue el margen que Capitanía Marítima daba ayer a los afectados para tratar una salida negociada con el Club Náutico de Raxó, antes de que la administración retire los barcos de sus fondeaderos actuales. En total, unos treinta embarcaciones, entre las que hay de recreo pero también las de marineros ya jubilados.
Así se acordaba ayer en una reunión en la que participó Capitanía Martítima, Dirección General de Sostenibilidad de la Costa y del Mar, los concellos de Poio y Sanxenxo, la cofradía de mariscadores de Raxó, el Club Náutico de Raxó y la Asociación de Mariñeiros Xubilados de Punta Sinás (donde se agrupan los afectados por la decisión de Capitanía Marítima).
"Hay un desencuentro entre las dos partes, pero a nosotros nos parece bien que se ordene los fondeaderos", señalaba el alcalde de Poio, Luciano Sobral. "Costas no permite mantener la solución actual. Entremos que muchos ya estuvieron ahí, pero otros simplemente dejaron el puerto, pusieron la boya y listo. Las embarcaciones de recreo tenían que estar en la misma lámina de agua en la que está hoy el Club Náutico de Raxó", comentaba por su parte el patrón mayor de la cofradía de Raxó, Iago Tomé.
La raíz de la problemática es estrictamente económico, más allá de la normativa por la cual Capitanía Marítima ya daba a los afectados hasta finales de abril para retirar las embarcaciones de sus fondeaderos y reordenala en el muelle de Raxó. A pesar de que muchos marineros jubilados se ven en su retiro incapaces de vivir alejados del mar, apuntan a que algunos de ellos podrían verse obligados a prescindir de sus embarcaciones si se les obliga a fondear en el Club Náutico.
Los afectados están en contra de esta imposición ya que para poder utilizar las instalaciones del puerto es necesario hacerse socio del Club Náutico de Raxó, lo que supondría a tener que pagar una cuota mensual de entre 50 y 60 euros, una cifra superior a los 600 euros anuales. Desde la Asociación de Mariñeiros Xubilados de Punta Sinás apuntan a que no pueden hacer frente a estos costes.
En los próximos quince días, el Club Náutico y la asociación de afectados están llamados al diálogo para tratar de lograr una opción conjunta, aunque tampoco se contemplan alternativas. De una de ellas se hacía eco el propio alcalde de Poio. Y es que una de las opciones podría ser la división de la lámina de agua con concesión existen actualmente en la zona entre los afectados de Dorrón y el Club Náutico, una opción que Sobral ve "perjudicial" por la concesión.
"Es un fondeadero de 17.000 metros cuadrados, con 120 fondeos y solo 70 ocupados. Antes de la crisis estaba lleno, pero muchos se fueron porque así no pagaban nada. Es un problema económico. Cuantos más socios tenga el Club Náutico, menor sería la cuota que se debería pagar", indicaba Tomé.
Por su parte, desde el Concello de Sanxenxo solicitaba al Servicio Provincial de Costas autorización para el fondeo de embarcaciones tradicionales en el entorno de la playa de Santa Mariña de A Granxa. En el escrito remitido por el Concello a Costas se hace constar la carencia de Sanxenxo de una zona de fondeo habilitada en la referida bahía para el amarre de las embarcaciones tradicionales.
