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¿Es joven, guapo y deportista de élite? Si no, fuera de la foto

Una investigadora de la UVI prueba como los libros de ESO sobre Educación Física discriminan a mayores, mujeres y discapacitados

El futbolista Cristiano Ronaldo en la campaña de la marca de moda de Armani Jeans.

Si un extraterrestre tuviese que deducir cómo somos los humanos a partir de lo que ve en los medios concluiría que mayoritariamente somos hermosos, jóvenes, sanos, blancos y heterosexuales (además de varones en el 90% de los casos). Es un estereotipo que además se extiende, al menos en los rasgos físicos, a los mismos libros de texto, como prueba la tesis doctoral realizada por la investigadora Alba González.

Ésta se centró en los libros de texto de Educación Física de la ESO; analizó cerca de 7.000 fotografías en las que masivamente se muestra un modelo de cuerpo masculino "bello, saludable y perfecto", y se defiende una práctica física y deportiva "competitiva y de élite".

"Se analizaron 12 editoriales españolas que editaron libros para los cuatro cursos de Educación Secundaria Obligatoria", indica a FARO la investigadora, cuyo estudio concluye que "los libros de texto están perpetuando una cultura corporal en la que se representa la juventud y prácticamente un único modelo, el masculino".

Y es que las primeras ausentes son más de la mitad de la población, las mujeres. "Mayoritariamente se presentan hombres, se empiezan a representar las mujeres si lo compramos en relación a otro estudio que se hizo en la anterior Ley de Educación, pero el porcentaje de mejora es muy poco significativo", señala la autora.

El edadismo (la discriminación y atribución de estereotipos negativos a las personas mayores) también está presente en los textos con los que se forma a los adolescentes. La investigadora de la Universidad de Vigo constató que este grupo de edad aparece en menos del 1% de las fotografías de los 39 manuales revisados, a pesar de que uno de cada cuatro gallegos es mayor de 65 años y de que la generación a la que se está formando está llamada a ser precisamente la más longeva de la historia.

Este último dato (una esperanza de vida que previsiblemente seguirá extendiéndose) parece indicar que si algo hay que enseñar a estas generaciones es la importancia de un envejecimiento saludable y, dentro de él, del ejercicio físico. Muy al contrario, "los mayores apenas están representados... A los niños les llega la idea de que el deporte o la educación física solo es para la juventud, y hoy en día lo que le interesa a la sociedad es mostrar que hay actividades para las personas mayores, el ejercicio supone una mejora en su salud y repercutiría en nuestra sanidad, pero no se los contempla".

Otro tópico que perpetúan los libros de texto es la invisibilidad de la discapacidad. Hoy es sobradamente conocido, como recuerda el Ministerio de Sanidad, que las desventajas que presenta una persona con discapacidad "tienen su origen en sus dificultades personales, pero también y sobre todo en los obstáculos y condiciones limitativas que la propia sociedad, concebida con arreglo al patrón de la persona media, opone a la plena participación de estos ciudadanos".

Así las cosas, parecería que precisamente los libros en los que se forman nuestros menores han de ser los primeros en intentar remover esos obstáculos y condiciones limitativas, pero la realidad es que el porcentaje de personas con discapacidad que aparecen en estos manuales es apenas del 1,2%. "Prácticamente ni aparecen en los libros de texto", critica la especialista.

Los errores también se sitúan en el tipo de deporte que se promueve, en las antípodas de lo inclusivo. "Se fomenta un modo de ver la actividad física, indica Alba González, "centrado en el deporte de competición y de élite; élite y competición en los deportes colectivos e individuales y se deja fuera todo lo que son los juegos, actividades en la naturaleza, por ejemplo laborales o incluso tareas que se realizan en casa y que también se vinculan al ejercicio".

Los especialistas insisten una y otra vez en que el deporte de élite no da salud sino que en la gran mayoría de los casos la resta: basta repasar una entrevista al triatleta Gómez Noya en la que detalle su programa de entrenamientos para imaginarse la capacidad de sufrimiento de este superdotado para el deporte y el gigantesco desgaste físico que soporta para deducir que no está al alcance de la mayoría.

A mayores, psicológicamente se envía a los jóvenes la idea de que solo si cuentan con estas altas capacidades, si están llamados a ser un campeón, deben interesarse por el ejercicio.

Joven, sano, deportista de élite (que gane) y varón. Si no cumple estos requisitos no saldrá en los libros de texto para alumnos de la ESO, que no son extraterrestres sino llamados a envejecer, en casos a sufrir discapacidad y en el 51% de las veces a ser mujeres; parece que nadie le recuerda a las editoriales ni a los autores de los textos que frente a Gómez Noya la mayoría podríamos perder.

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