Los vecinos de Postemirón y A Graña, que suman unas 70 viviendas aproximadamente, explican que por el momento se trata una realidad que "asfixia" a estas dos localidades pero que en cualquier momento puede ser extrapolable a otros muchos lugares del Concello.

Los problemas urbanísticos en el ayuntamiento de Vilaboa no son nada nuevo y la Agencia de Protección da Legalidade Urbanística ya ha ejecutado un total de seis derribos en el municipio en los últimos siete años. La mayoría de viviendas unifamiliares, aunque también galpones, por ser construidas en terrenos declarados de suelo rústico de protección ordinaria, lo que supone una infracción catalogada como "muy grave". Según explica Esther Marín, hay varias viviendas más que tienen abiertos expedientes de derribo y cuyas familias viven amenazadas por la picota.

Núcleos de costas

El PXOM no es la única esperanza para los vecinos de Postemirón y A Graña. Vilaboa también cuenta con cuatro núcleos afectados por el dominio marítimo-terrestres y que el Concello esperaba regularizar gracias a la reforma de la Ley de Costas. Sin embargo, las propuestas realizadas por el ayuntamiento fueron rechazadas por el Ministerio de Medio Ambiente y ahora el gobierno local confía en que la aprobación definitiva del Plan General permita encontrar una vía para legalizar estos núcleos como ya ocurrió con Marín. Al menos así lo transmitió la secretaria xeral de Urbanismo de la Xunta a la Alcaldía.