El municipio de Pontevedra ha comenzado el año 2016 con un ligero repunte, del 14%, en la venta de viviendas. Con 112 operaciones certificadas por el Ministerio de Fomento en los tres primeros meses del año (37 al mes) se produce un aumento de diez casos más con respecto al mismo periodo de 2015, y también muestra mejor comportamiento que en el arranque de ejercicios anteriores. Sin embargo, la inmensa mayoría de las adquisiciones se concentra en el mercado de segunda mano. Apenas se mueve el sector de la vivienda nueva, con el agravante de que cada vez es más reducido.
En un balance de los últimos cinco años, desde enero de 2011 hasta marzo de 2016, los datos aportados ayer por el Ministerio de Fomento ponen de manifiesto que en el municipio de Pontevedra se vendieron 2.353 viviendas, pero solo 846 de ellas (alrededor del 36%) eran nuevas. Esto supone que han sido necesarios 51 meses para vender el mismo número de pisos a estrenar que los que antes se adquirían en apenas un año. En 2004 fueron 754, más de 860 en 2005, casi 760 en 2006, y un total de 867 en 2007. A partir de entonces se registra una caída paulatina en las ventas generales, pero especialmente significativa en los pisos nuevos.
Así, en 2011, el 60% de los inmuebles adquiridos en todo el municipio estaban por estrenar, porcentaje que cayó al 41% al año siguiente. La tendencia siguió a la baja en 2013, con apenas un 30% de pisos nuevos, índice que se mantuvo en 2014. Desde entonces el descenso es brutal. En todo al año pasado se compraron, según Fomento, 444 pisos y solo 76 de ellos (el 17%) eran nuevos, mientras que en los tres primeros meses de 2016, el porcentaje se reduce al 15%, con 17 pisos sin estrenar de las 112 operaciones totales.
Si la situación es preocupante en la capital, en el resto de la comarca este fenómeno cae a límites nunca conocidos hasta ahora. En los 13 municipios del área de influencia de Pontevedra se contabilizaron entre enero y marzo de este año 114 operaciones de compraventa, es decir, prácticamente el mismo número que en la capital. Pero si en la ciudad hubo al menos 17 casos de pisos nuevos, en esos restantes concellos solo se contabilizan cinco. Las otras 109 operaciones correspondieron a viviendas de segunda mano.
De este modo, sumando todas las operaciones de la comarca, incluida Pontevedra, más del 90% de las adquisiciones se refieren a inmuebles usados, lo que pone de manifiesto que el elevado stock de pisos construidos en los últimos años y pendientes de encontrar inquilino apenas se reduce. Esto se traduce, obviamente, en una paralización casi absoluta de nuevas promociones, sin empresarios que se atrevan a desarrollar nuevos edificios y con grandes bolsas de terreno residencial totalmente inutilizadas. Como ejemplos, basta citar las parcelas de la antigua Tafisa, las ubicadas entre Eduardo Pondal y Doce de Novembro, o la operación de la ONCE.
Paralelamente, el precio de la vivienda tampoco registra variación. La ciudad inició el año con otra caída en el valor del metro cuadrado, que es un 30% más barato que la media estatal. Fomento tasa el metro en la urbe del Lérez en el primer trimestre de 2016 en poco más de 1.067 euros, cuarenta menos que hace un año. Solo Lugo y Ferrol están por debajo entre los siete grandes municipios gallegos.
