En pleno proceso municipal para modificar el modelo de tratamiento de las basuras en la ciudad, basado en el compostaje de la materia orgánica, el Instituto Galego de Estatística acaba de poner de manifiesto que Pontevedra es la urbe gallega donde menos se practica la recogida selectiva en los hogares o, al menos, donde el número de viviendas que dispone de este servicio es el más bajo de todos los siete grandes municipios de Galicia. Con una media del 74% de hogares que disponen de métodos para separar el vidrio, los plásticos y el papel-cartón, la ciudad del Lérez se ve superada de forma notable por todas las demás, en especial por A Coruña, donde se llega al 97,5%, mientras que en Ourense se alcanza el 94% y más del 89% en Vigo; es del 87% en Ferrol, del 85% en Santiago y del 84% en Lugo.

El estudio se limita a los tres productos más habituales a la hora de separar en origen, por lo que no analiza la materia orgánica que pretende potenciar el Concello. Estos tres elementos ofrecen datos diferentes en cada caso. Así, en Pontevedra es mayor la separación de papel y cartón, que supera el 74%, pero baja al 70% en el caso de los envases y plásticos. El vidrio se queda en algo menos del 73%, pero en todos los casos es menor que en el resto de ciudades y muy parejo a la media global de toda Galicia.

Estos datos ponen de manifiesto el elevado trabajo de concienciación que tiene por delante el gobierno local para implicar a la población en su nuevo modelo de basuras, basado en especial en la selección y separación en casa, de modo que la materia orgánica se incorpore al proceso, sin desatender los envases y plásticos, el vidrio y el papel. La manera elegida por el Concello es mediante la práctica inmediata, y así se quiere aplicar de forma experimental desde este mes en Campañó y Monte Porreiro, para extenderlo tras el verano a todo este último barrio y al de Campolongo.

Y es que la totalidad de vecinos de Monte Porreiro (al menos ocho mil) y de Campolongo (un mínimo de cuatro mil) comenzarán el próximo otoño a separar en casa sus basuras con el fin de reciclar los restos de comida para su conversión en compost. Tras las experiencias piloto del próximo mes de junio en una parte de Monte Porreiro y otra de Campañó, tras el verano el nuevo sistema de residuos sólidos que propugna el Concello para todo el municipio se aplicará de forma absoluta en aquellos dos barrios urbanos e incluso podría extenderse a otras áreas si así lo deciden sus asociaciones de vecinos.

Pese a que el sistema en marcha aún presenta numerosas lagunas, en especial la falta de una planta propia de compostaje, el gobierno local se muestra dispuesto a acelerar al máximo su implantación, de la mano de la Diputación, cuyos siete maestros composteros asignados a la capital trabajan en los programas de implantación del sistema. La Diputación tiene previsto entrega este mes de junio los recipientes colectivos para los planes experimentales de Campañó y Monte Porreiro, lugares elegidos por la demostrada colaboración vecinal.

Sus resultados servirán de base para la extensión del modelo a todo el municipio de manera paulatina, si bien ya está decidido que todo el barrio de Monte Porreiro y el de Campolongo dispondrán de este nuevo sistema tras el verano.