Un pontevedrés acaba de ser condenado mediante sentencia firme a la pena de ocho meses de prisión como autor de un delito de hurto. Lo curioso en este caso es el botín producto de la sustracción. Según la sentencia, el acusado se apropió de un total de 22 robles que fue talando poco a poco de una finca de un particular muy próxima a la suya en la parroquia pontevedresa de Lérez.

Señala la sentencia que el valor de la madera talada ascendía a 475 euros, aunque añaden que el total del daño causado suma un total de 2.675 euros con los que deberá indemnizar al dueño de la finca.

Esta sentencia fue dictada inicialmente por el juzgado de lo Penal número 3 de la capital pero el acusado recurrió en apelación ante la Audiencia Provincial, que revisó el caso. No obstante, el tribunal provincial acaba de confirmar la sentencia y la pena impuesta.

Rechaza la apelación

Señalan como principal prueba de cargo contra el acusado el testimonio de un vecino que lo vio en la finca de la víctima en dos ocasiones distintas con una sierra y un árbol talado a sus pies. Destaca la Audiencia que, pese a los intentos de la defensa por desprestigiar este testimonio, la fiscal subrayó "la coherencia, mesura y credibilidad" del mismo. Al tiempo que señala la independencia de este testigo, puesto que ni tan siquiera conocía al dueño de la finca en la que se produjo la tala de árboles.

Contra esta decisión de la Audiencia ya no cabe ningún nuevo recurso por lo que la sentencia es firme.