Numeroso público acudió ayer a Cuspedriños para asistir a la tradicional feria que atraía en los años 50 y 60 a vecinos de toda la provincia para comprar los productos de los agricultores, artesanos y ganaderos. Muchos de los visitantes se vistieron de época para la ocasión lo que ambientó la fiesta que recordó el esplendor de aquellos años.

La feria, que cumple su décima edición, congregó desde primera hora de la mañana a setenta puestos, de artesanía, ropa, alimentación, frutas y verduras y todo tipo de productos gastronómicos con degustación de productos típicos de la tierra como el requesón y filloas de Valongo.

No podían faltar como hace más de medio siglo, el afilador, el fotógrafo o el rosquillero que hicieron sus demostraciones y la gran mayoría de los asistentes se llevaron de recuerdo su fotografía, tal como se hacía hace muchas décadas.

Los puestos abrieron a las diez de la mañana, pero fue a mediodía con la llegada del autobús antiguo de la empresa Cuiña lleno de gente vestida de la época de los años 50 con sus boinas, chalecos y otras prendas heredadas de nuestros abuelos, cuando se animó la fiesta.

Tras la xuntanza de rigor, las actividades continuaron por la tarde con una pasarela de moda tradicional con la colaboración de la Asociación do Traxe Galego y hubo muchos obradoiros para entretener a los más pequeños.

El cierre de la feria estuvo amenizado por los grupos "Os Trazantes" de Tenorio, "Os de Ningures" y "Os Afoutes".

El acto religioso estuvo marcado por la misa oficiada en la iglesia Virxe do Carme.