Un agente de la Guardia Civil falleció en plena calle en la mañana de ayer cuando se dirigía a las instalaciones del Instituto Armado en la calle Domingo Fontán. El fallecido, de iniciales J. A. P., tenía 55 años y todo apunta a que sufrió un infarto cuando caminaba por la acera de A Barca, junto al centro comercial, en dirección a la Comandancia. Según fuentes de la Guardia Civil, el hombre se desplomó sobre la acera a las puertas del cuartel y no se pudo hacer nada por su vida.

Las mismas fuentes apuntan a que el agente formaba parte de la plantilla de la Guardia Civil en Pontevedra y ya por la mañana se había sentido mal. Su fallecimiento causó honda consternación entre sus compañeros, tanto por la sorpresa del suceso como por el lugar donde se produjo, en plena calle y muy cerca de la Comandancia.

Su cadáver permaneció en la zona, cubierto con una manta, hasta que se decretó su levantamiento. Mientras tanto se produjo un notable revuelo en la zona ante el despliegue de agentes y vehículos de la Guardia Civil que acudieron al lugar, muy concurrido ya que el cuerpo se desplomó en las proximidades del carril de acceso rodado al centro comercial de A Barca.

En medio de ese despliegue, con signos de nerviosismo y pesar de los compañeros del fallecido, en pocos minutos se aclaró, por parte de otros agentes que acudieron a la zona, que la muerte se había producido por causas naturales, que descartaban un suceso de tráfico u otro tipo de causa. Al parecer el agente estaba de guardia en la jornada de ayer y después de acudir al médico por sus molestias, regresaba al cuartel a recoger su coche cuando le sobrevino el ataque, que al parecer fue fulminante.