El Ministerio de Fomento acaba de adjudicar un proyecto global de mejora de su red viaria en la comarca que tenía programado desde hace más de seis meses pero que se decidió aplazar para activarlo después de la oleada de temporales del invierno. Se trata de actuar, por tramos, en al menos 50 kilómetros de viales para renovar el firme y subsanar los desperfectos que la climatología causó en las carreteras N-550 entre Pontevedra y Redondela (18 kilómetros), en la N-640 en la zona del Umia (17) y en la carretera de Ourense (otros 17), viales por los que cada día circulan al menos 40.000 vehículos, la mitad de ellos entre la capital y Vilaboa por la N-550. Se da la circunstancia de que la Xunta también afronta a partir de ahora una campaña de limpieza de márgenes y renovación de la señalización horizontal de su propia red viaria. Está previsto desbrozar 740 kilómetros y pintar otros 250 en la provincia.

Tras varios meses de trámites, el ministerio ha encargado estos trabajos, que también se extenderán a la N-120 al sur de la provincia, por 311.000 euros y un plazo de ejecución de tres meses. Las empresas Aglomerados Carrión y Constructora Civil Sostenible (Conciso) son las elegidas.

Salvo la N-554, que atraviesa Vilaboa, los trabajos se realizarán en la N-550 entre Pontevedra y Redondela, en la N-640 entre Cuntis y Caldas de Reis, e incluso en la carretera de Ourense, si bien en este caso los asfaltados se limitan a los tramos por Cerdedo y Forcarei ya que el ministerio tiene en marcha actuaciones específicas de mejora en esta N-541 a su paso por Cotobade y Pontevedra. Se trata de una urbanización entre la rotonda de Montecelo y Bora que está a punto de ser adjudicado. En este caso se trata de un proyecto de mayor calado, al incluir aceras y tramos nuevos y reforma de intersecciones, con un plan de saneamiento paralelo que acometerá el Concello.

Una de las actuaciones del plan de mejora tras los temporales será en la N-550 entre Pontevedra y Redondela, con especial incidencia en la parroquia de Salcedo. El asfaltado es puntual, ya que no se trata de una pavimentación completa, sino solo de aquellos tramos que se consideran más deteriorados. Así, se actuará en una franja de cien metros, en el carril de entrada a Pontevedra, en Cabanas, otro pequeño trecho en A Carballeira y en un sector de 55 metros, también en dirección a la ciudad, en A Carballa. Asimismo, se actuará en el límite con Vilaboa, de 55 metros, ante un conocido restaurante de la zona. Todas estas obras se establecen en un recorrido de 2,8 kilómetros, entre los puntos 125,100 y 127,900.

Veinte años sin arreglos

La documentación con la que se licitó este asfaltado señala que el objetivo es la "reparación de los deterioros detectados, mediante inspección visual del firme", en estos tramos y los trabajos "se centrarán fundamentalmente en el saneo de la actual capa de rodadura, que en tramos puntuales se encuentra agotada, subsanando de este modo las deficiencias estructurales del firme y las deformaciones que se han observado".

En el caso de la N-550, en su recorrido al sur de la ciudad, se detalla que el firme actual es de junio de 1993, que soporta una intensidad de tráfico de unos 20.700 vehículos diarios, con un 9% de ellos pesados, si bien Fomento utiliza datos de 2012 y se ha constatado que desde entonces no se han producido variaciones al respecto. Por su parte, en la N-640 se contabilizan unos 9.000 vehículos diarios y cerca de ocho mil en la N-541.

Estas actuaciones en la red de carreteras del Estado deja al margen la N-554, en Vilaboa, ya que este vial se remodeló casi en su totalidad hace cinco años. Tampoco se incluye el tramo norte de la N-550, donde han surgido quejas vecinales por su inseguridad, como las registradas en Lérez, Cerponzóns y Barro. El pasado verano se llevó a cabo un trabajo similar en las carreteras N-550 y N-640 a su paso por Caldas de Reis. En el proyecto ahora previsto para la N-640 se actuará preferentemente en tramos de Cuntis y de la zona rural caldense.

Uno de los proyectos de "rehabilitación de firmes" en la N-550 corresponde al tramo de este vial desde el río Verdugo, en Pontesampaio, hacia el sur, por un espacio de tres kilómetros, que corresponden al tramo urbano de Arcade, en Soutomaior. Con un presupuesto inicial de 283.655 euros se renovará parcialmente el asfaltado, se crearán nuevas aceras, se mejorará la señalización e incluso habrá actuaciones en el alumbrado. Estos dos últimos capítulos abarcan el puente viario sobre el río Verdugo, pero en él no se renovará la pavimento.

Fomento justifica esta actuación en el significativo número de atropellos que se registran en la travesía de Arcade y se menciona la "cierta antigüedad" de la iluminación, así como la existencia, en paralelo, del Camiño de Santiago Portugués, "que cruza posteriormente la travesía para dirigirse hacia el puente de Pontesampaio". Es este último recorrido el que aconseja instalar aceras en ambas márgenes entre los puntos kilométricos 134,760 y 135, es decir, de 240 metros.