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José Acuña Sastre: "Me gusta como está Pontevedra pero no me gusta su futuro... Se está muriendo"

"Lo de este país es una tragedia: ¿Es tan difícil que los políticos entiendan que no queremos guerra sino trabajo para nuestros hijos?"

José Acuña Sastre. // Rafa Vázquez

Secretario local del Partido Popular durante casi una década, ex teniente de alcalde, vicesecretario del consejo de administración de Caja Pontevedra, vocal fundador del consejo de administración de Caixanova... José Acuña Sastre es uno de los protagonistas de la historia reciente de Pontevedra, su ciudad, a la que quiso "devolver algo de lo que nos ha dado, a mi familia y a mi, con mi labor política".

-Muy joven se puso al frente del negocio familiar de promoción inmobiliaria.

-Si, por una enfermedad que repentinamente sufrió mi padre tuve que dejar los estudios temporalmente, con 15 años, y recuperarlos después, un par de años después pude continuar los estudios de perito Mercantil pero si, trabajo desde muy joven.

-Con su trabajo otra de sus grandes pasiones ha sido la política.

-Más que gran pasión la política fue ese prurito que tenemos todos de vanidad, de curiosidad, de saber qué pasa ahí; y aunque si es cierto (sonríe) que desde mucho antes de la democracia tuve algunas tendencias políticas me fui interesando después; nos juntamos una serie de amigos encabezados por Javier Cobián y Joaquín Queizán, formamos un grupo y de ahí salió después el formar parte de la junta local del Partido Popular, la secretaría general del partido y posteriormente la Tenencia de Alcaldía.

-¿Disfrutó mucho de la política o la padeció?

-Hubo de las dos cosas, creo que fue una etapa verdaderamente apasionante, yo lo que se dice en política activa estuve 8 años, los cuatro primeros como secretario general del PP y los siguientes también como teniente de alcalde. Para mi fue una época maravillosa, de hacer muchos amigos y de sentirme útil a la sociedad. Nací en Pontevedra, soy hijo de pontevedrés, mi padre luchó por Pontevedra, siempre fue un hombre muy relacionado con los medios de comunicación, y siempre tuvimos el agradecimiento a Pontevedra por lo mucho que ella nos dio. Y yo de alguna forma me sentía satisfecho de devolverle con mi trabajo algo de lo que Pontevedra me había dado y creí que estando en política podría lograr mejor ese fin. Disfruté mucho siento teniente de alcalde, llevando las delegaciones de Policía Local, Bomberos, fui el creador de Protección Civil, que por cierto, aquella reglamentación que elaboramos quizás con uno de los mejores secretarios de ayuntamiento que hubo en Galicia, Julio Dapena Outomuro, un hombre inteligentísimo, fue copiada por muchos ayuntamientos. Fue una etapa magnífica, con algún momento agridulce, sobre todo por parte de quien no comprendía bien mi trabajo: llegué a perder algún amigo porque creía que era yo quien le ponía la multa o le había retirado su coche de la carretera, pero el 99% fue para mi maravilloso.

-Fue vicesecretario del consejo de administración de la extinta Caixa Pontevedra y vocal fundador del consejo de la también desaparecida Caixanova ¿es especialmente doloroso ver hoy el ahorro gallego en manos extranjeras?

-Fui uno de los dos, incluso no se si yo solo, de los que nos opusimos a la fusión con Caixa Vigo y Caixa Ourense, me parecía que Pontevedra perdía una institución fundamental. Después, la verdad (sonríe) me vi forzado a bajar la cabeza y decir que si, no se si me convencieron o no, creo que no, pero al final vi que nadaba contracorriente y di mi brazo a torcer, pero me opuse y lamento haber dado mi brazo a torcer, no haberme seguido oponiendo a la fusión de Caixa Pontevedra, fue un gran error y el principio de todo lo que venía después. Después en la venta de Novacaixagalicia ya no me atrevo, no se qué otras posibilidades habría, a veces una mala decisión evita otra peor, no lo sé, no se si fue o no una mala operación pero estoy seguro que la mala fue la del principio, si no se hubiese llevado a cabo esa primera fusión no vendría después, que fue peor todavía, la fusión con Caixagalicia, todo precipitó el descalabro, que hay que llevarlo acompañado de otras cosas parecidas que sucedieron en toda España y nos llevaron a la catástrofe bancaria.

-¿Le gusta como está Pontevedra?

-Me gusta como está Pontevedra pero no me gusta su futuro, como persona de 75 años que tengo pues si, salgo a la una, me voy con mi mujer a tomar un vasito de vino, uno solo, con una tapita, hablamos con los amigos en una terraza y todo muy bonito pero por qué no me pregunta usted por cuántos locales libres hay en Pontevedra, que me parece que son unos 800, pues porque esta ciudad se está muriendo poco a poco en ese campo, está perdiendo entidad: la caja, empresas, una serie de cosas que cedemos, otras que se las lleva Vigo y esto se queda como un pueblecito. Hace 200 años Pontevedra era mucho más grande que Vigo pero allí llegó gente emprendedora, con visión de futuro, que se atrevieron a hacer un gran puerto, un aeropuerto, grandes empresas, y Pontevedra pasó de 50.000 a 80.000 habitantes siendo la capital, y eso gracias a que tenemos un rural que nos nutren de vecinos.

-No le ve mejor futuro a España.

-No, ni a Pontevedra ni a España les veo mejor futuro en tanto no se cambie la concepción sobre la ayuda al pequeño empresario y al joven que acaba una carrera. Mire, más de una vez me paran por la calle preguntarme si tengo un trabajo para algún hijo de conocidos, me cuentan lo que pasa y pienso que no hay cosa peor en este mundo que haber luchado por criar un hijo, darle estudios, ser un chico brillante y que esté tirado en su casa.

-O camino del extranjero, como los gallegos mejor formados de las últimas generaciones.

-De eso se bastante, tengo una hija en Estados Unidos, un fenómeno que trabaja en una multinacional y que tiene dos carreras con sobresaliente, y otra también con dos carreras en Londres. Les gustaría estar en Pontevedra, claro, pero han tenido que marcharse, a Dios gracias están bien, pero no tendría por qué pasar. Es bonito decir que todos tenemos derecho a la vivienda, si, pero sobre todo tiene derecho a un puesto de trabajo, es algo sangrante. Mire: mal político es el que no sea capaz de crear empleo, que dejen todo aparte pero busquen puestos de trabajo, un joven con 18 o 23 años quiere trabajar, oiga que no quiere palacios sino trabajar y crear un futuro y levantar este país. Lo de este país es una tragedia ¿es tan difícil que los políticos entiendan que no queremos guerras sino trabajo para nuestros hijos?

-¿Esta usted jubilado o los empresarios no se jubilan nunca?

-Los empresarios no se jubilan nunca. En España hay una clase que se llaman autónomos, que son lo más rentable para el estado, yo jamás he pedido un día de baja, y he estado enfermo como todos, y he ido arrastrándome al trabajo, he pagado a la Seguridad Social toda la vida y ahora sigo, y si puedo ayudar y aconsejar lo hago: hasta tengo la suerte (sonríe) de que se me escucha.

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